Así se desprende de los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE), que indican que el gasoil se ha encarecido un 8,8% entre esta semana y la del pasado 19 de junio –en la que arrancó el verano–. En concreto, ha pasado de 1,427 euros por litro repostado a 1,552 euros. En el caso de la gasolina, la subida es del 5,3%, ya que en mes y medio ha subido de 1,596 euros por litro repostado a 1,68 euros. Así las cosas, llenar un depósito con 55 litros de gasolina supone pagar 92,4 euros, lo que equivale a un incremento de 4,54 euros.
El precio del diésel y de la gasolina ha protagonizo una escalada importante en la primera mitad del verano. Tras experimentar un ligero retroceso en los primeros días de julio, ambos carburantes han encadenado cinco semanas al alza.
Como consecuencia de esta tendencia, la gasolina es más cara para el consumidor que hace un año. Entonces, el precio de este carburante era de 1,86 euros por litro repostado pero, con la bonificación de 20 céntimos por litro, el coste para el consumidor era de 1,66 euros. Es decir, ahora cuesta algo más de un céntimo en comparación con el mismo periodo del año pasado. En el caso del diésel, la brecha se ha reducido en las últimas semanas, pero la diferencia para el bolsillo de los españoles sigue siendo de 10 céntimos, ya que hace un año el litro costaba 1,654 euros con la bonificación aprobada por el Gobierno (1,864 euros por litro sin ella).
No obstante, ambos carburantes siguen lejos de los máximos históricos que se registraron en la semana del 26 de junio de 2022, cuando la gasolina se situó en 2,128 euros por litro repostado (1,928 con la bonificación de 20 céntimos que entonces estaba en vigor) y el diésel en 2,1 euros (1,9 euros con la rebaja aprobada por el Gobierno).