Los analistas observan un cambio de ciclo en la política monetaria de la Fed al considerar que los tipos han tocado techo, aunque el debate se centra ahora en qué momento puede empezar la bajada y con qué intensidad en un contexto donde la economía se desacelera, pero no tanto como lo previsto, y la inflación todavía está por encima del objetivo.
«Lo más probable es que los banqueros centrales quieran volver a insistir en su postura dependiente de los datos de ‘esperar a ver si la inflación realmente se enfría más’, pero no sin reconocer los recientes avances en la desinflación», apunta Christian Scherrmann, economista experto en Estados Unidos de DWS, la gestora de Deutsche Bank.
Este experto considera que cualquier optimismo sobre los avances en materia de inflación no es más que una justificación de que los tipos de interés son, en efecto, suficientemente altos, al menos por ahora. La Fed mantuvo los tipos en la última reunión celebrada en diciembre en la horquilla del 5,25-5,5%, su máximo nivel desde 2001, tras haber llevado a cabo cuatro subidas en 2023 y siete en 2022. «Por el momento, mantenemos que la Reserva Federal flexibilizará la política monetaria este año, pero no reducirá drásticamente los tipos como han anticipado los mercados», señala Page, director de investigación macro de Axa Investment Managers.
«Seguimos pronosticando que la primera flexibilización de la Fed se producirá probablemente en junio y prevemos tres recortes de tipos hasta una horquilla del 4,50-4,75 % a finales de año», añade, según recoge la agencia Efe.
El experto de Axa considera que tras dos trimestres de crecimiento desmesurado es improbable que la economía se desacelere lo suficiente como para relajar el mercado laboral y convencer a la Fed sobre el impacto a medio plazo en su mandato de inflación. De esta forma, apunta que aunque el crecimiento del cuarto trimestre fue más lento que el tercero, considera que es prematuro que la Fed suavice su política monetaria.
El jueves se publicó el producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos, que mostró que el país cerró 2023 con un crecimiento del 3,1%, una cifra superior a la esperada por el mercado; aunque en el último trimestre el crecimiento fue del 0,8% frente al 1,2% del trimestre previo.
Rohner, estratega de renta fija en J. Safra Sarasin Sustainable AM señala que el escenario de aterrizaje suave que abrazan los mercados supone que el plano laboral se equilibre sin un aumento significativo del paro, algo que considera que no será así porque una vez que se noten totalmente los efectos de las subidas de tipos se debilitará a la demanda y se notará en el empleo. «Por lo tanto, esperamos que EEUU entre en recesión, aunque sea relativamente leve, a mediados de 2024, lo suficiente para hacer bajar las expectativas de tipos de interés oficiales», añade Rohner.
Por su parte, desde Renta 4, ven las expectativas de bajadas de tipos del mercado excesivamente optimistas tanto en términos de cuantía de las rebajas como del momento de inicio de las mismas.
La decisión de la Fed llegará la semana después de que el Banco Central Europeo (BCE) haya decidido mantener por tercer vez consecutiva los tipos de interés en el 4,5%. La presidenta del BCE, Lagarde, aseguró en la rueda de prensa posterior al anuncio que en la reunión del consejo del BCE existe el consenso de que es prematuro abordar las posibles bajadas de tipos.
«Hubo un consenso de que sería prematuro discutir bajadas de tipos», señaló Lagarde, que rehusó dar un calendario al respecto y repitió el discurso que las próximas decisiones se tomarán «en base a los datos». No obstante, Lagarde se reafirmó en sus palabras de hace una semana en una entrevista en el foro de Davos, cuando aseguró que era probable que esto se discutiera en verano. «Yo mantengo lo que he dicho, no lo que otros han dicho que he dicho», señaló.