Actualmente no vemos desajustes entre la oferta y la demanda, En cambio, se aprecian numerosas oportunidades en todas las regiones y segmentos.
En la actualidad, son especialmente atractivos los bonos garantizados. A nivel mundial, en este segmento, con calificaciones entre AA y AAA, duraciones medias e historial de impagos nulo, tenemos una clase de activos con bajo riesgo y rendimientos relativamente atractivos. Por lo tanto, los bonos garantizados están injustamente relegados a un segundo plano. Su baja volatilidad es un argumento de peso, especialmente en un entorno de mayor incertidumbre.
Los bonos corporativos también ofrecen oportunidades selectivas. Aunque los diferenciales también se han reducido últimamente para los bonos corporativos, hay mercados que siguen siendo interesantes desde el punto de vista de la relación riesgo-rentabilidad. Por ejemplo, los bonos de alto rendimiento del norte de Europa: las tasas de impago en el segmento europeo de alto rendimiento se mantienen estables en niveles bajos. La mayoría de los emisores cuentan con modelos de negocio robustos y márgenes sólidos.
También hay potencial en los bonos soberanos. Por ejemplo, Japón, sus bonos soberanos a 30 años ofrecen ahora un rendimiento superior al 3 %, y con cobertura cambiaria es posible obtener más del 5 %. Algunas partes del sur de Europa también han sorprendido positivamente: Grecia ha experimentado un renacimiento notable, España es considerada la campeona del crecimiento de la zona euro y Portugal también se encuentra en una senda sólida.
Sin embargo no es igual en todos los países, Francia, es actualmente el eslabón más débil de la zona euro. El dinamismo del crecimiento sigue siendo moderado. Al mismo tiempo, el déficit presupuestario es elevado y la capacidad de actuación política es limitada. Lazard AM actúa en consecuencia de forma defensiva con los bonos del Estado francés.
En el Reino Unido, la inflación de los servicios es especialmente problemática. A pesar de los atractivos rendimientos a largo plazo, alrededor del 5,5 % a 30 años, el mercado se ve afectado por las secuelas de la era Truss, las consecuencias del Brexit y la incertidumbre política. El Banco de Inglaterra debería tomar medidas para contrarrestar esta situación, pero se ve muy limitado por la persistente inflación.
También existen retos en el ámbito monetario. La debilidad del dólar estadounidense plantea dudas sobre su papel como moneda de referencia. Todavía no existe una alternativa real: ni el euro ni el renminbi pueden desempeñar este papel en la actualidad. Aunque el franco suizo se beneficia de su estabilidad, es demasiado pequeño para grandes reestructuraciones. Por lo tanto, la gestión activa de las divisas sigue siendo una herramienta fundamental para las carteras globales a fin de aprovechar las oportunidades y limitar los riesgos.
En un mundo de riesgos y oportunidades multipolares, la gestión activa está demostrando ser un factor decisivo para el éxito. Nos encontramos en una fase en la que las divergencias regionales vuelven a hacerse notar con mayor intensidad. Esto se refleja en la estrategia de cartera de Lazard AM: con una asignación específica en bonos cubiertos, inversiones selectivas de alto rendimiento como las de Escandinavia, bonos soberanos prometedores del sur de Europa y Japón, así como una gestión activa de los riesgos cambiarios, el equipo de renta fija global se considera bien posicionado.
El mercado global de bonos vuelve a ofrecer oportunidades reales y, con ello, la posibilidad de generar valor añadido mediante una selección inteligente.