Así, habría que remontarse hasta finales de julio del año pasado para encontrar un nivel más alto para el precio del litro de este combustible, incluyendo la bonificación del Ejecutivo que estuvo vigente hasta finales de 2022. Este nivel de precio para la gasolina, después de acumular un encarecimiento de casi el 10% desde principios de julio, le ha llevado un máximo anual tras otro en este mes de septiembre.
Por su parte, el precio medio del diésel también encadena once semanas consecutivas de subidas, con un encarecimiento de 2% en la última semana, para alcanzar los 1,668 euros el litro, un nivel que no marcaba desde principios de febrero, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea.
Desde inicios de julio, cuando arrancó esta nueva espiral alcista en los precios de los carburantes, el litro de gasóleo suma un encarecimiento de 16%. Con estos nuevos repuntes, el precio de ambos carburantes se consolida ampliamente por encima de los niveles en los que se situaba antes del estallido de la guerra de Ucrania por la invasión rusa, que comenzó el 24 de febrero de 2022 y que, en el caso del diésel, era de 1,479 euros por litro, y, para la gasolina, de 1,594 euros por litro.
No obstante, ambos carburantes no han llegado a tocar, a pesar de esta tendencia al alza de los últimos dos meses, los máximos que tocaron hace más de un año, cuando en julio la gasolina alcanzó los 2,141 euros y el gasóleo los 2,1 euros.
Después de que el bono a dos años repuntará ayer a máximos de 2016 hoy los ascensos se replican en Europa. El bono español a 10 años se aproxima al 3,8%, nivel que ya superó el pasado martes cuando tocó máximos que no veía desde febrero de 2014. Los ascensos son generalizados. Es decir, no se limitan a la deuda periférica. El bono alemán con vencimiento en 2033 sube al 2,74%.