Pero esta situación no se mantendrá en el tiempo, ya que las previsiones para la temporada 2023/2024 no son tan buenas. Se prevé que el resultado antes de impuestos sea negativo y ronde los 300 millones, ya sin el efecto de CVC y considerando que será una temporada de transición hasta recuperar las cifras de otros años.
En lo que respecta a los ingresos, se registraron unos ingresos de 4.889 millones de euros, un 15% más en tasa interanual y se prevé que ronde los 5.000 millones la próxima temporada. Este crecimiento se explica con el auge de los ingresos comerciales (1.198 millones) y los derivados de los partidos (675 millones), a pesar de que los ingresos por venta de jugadores han caído. Ambos ingresos han batido récord en la serie histórica de la competición española, lo que permite una mayor estabilidad de la competición, dejando a un lado la volatilidad económica.
Asimismo, de cara a la próxima temporada se espera que las cifras se mantengan gracias a la madurez de la expansión comercial y por la asistencia a los estadios. No obstante, si se tienen en cuenta las operaciones corporativas y la venta de jugadores, estos ascienden hasta los 5.698 millones, un auge del 18%.
En cuanto a la deuda neta consolidada en la temporada pasada asciende casi un 60%, pasando de 2.102 millones durante la temporada 2021/2022 hasta los 3.330 millones de esta temporada. En este endeudamiento consolidado hay que distinguir los 1.457 millones de endeudamientos por estructura de los estadios y los 800 millones de deuda neta de CVC. El resto corresponde a la deuda neta senior (que no tiene en cuenta el endeudamiento de infraestructuras ni reestructuración) que ha pasado de 913 millones en la temporada 2021/2022 a 1.056 millones en la última temporada, un 16 % más. Ahora bien, si se tienen en cuenta los datos de la temporada 2020/2021, en pleno Covid, la deuda se ha reducido un 38,8%.
El coste de plantilla agregado de LaLiga se mantiene estable, con unos costes salariales, incluyendo amortizaciones por traspasos, de 3.000 millones, y con un ratio sobre ingresos muy cercano al umbral del 70% que exigirá la normativa de UEFA a partir de la temporada 2025/2026. Si se compara con el resto de las ligas europeas, solo Alemania cumpliría con lo estipulado, pues se calcula que su ratio ronda el 60%, frente al 80% de la Premier inglesa o la Serie A italiana. El Gobierno británico ha dado un paso más para tratar de controlar la estabilidad financiera de sus clubes y ha impuesto una regulación con un órgano supervisor que ya está empezando a imponer sanciones a los clubes.