Los consumidores esquivan la subida de precios de los alimentos con menos compras online y más visitas al súper.
Si la pandemia, especialmente por las medidas para limitar la movilidad, impulsó el comercio eléctrónico (incluida la alimentación) las subidas acumuladas de precios en los últimos meses han empujado al consumidor a controlar al detalle sus compras. En este sentido, la tienda física permite, frente al canal online, palpar y conocer en directo el producto, así como compararlo con otros similares.
En concreto, dentro de los tres grupos de consumidores que analizan en este informe (‘Offline’, ‘Mix’ y ‘Online’), detectan un incremento de 5 puntos porcentuales en la proporción de compras físicas, por una caída de las compras mixtas (omnicanal) de 5 puntos y un estancamiento en el online.
Según el estudio, las razones para confiar en un supermercado son la cercanía, el surtido, la calidad y la confianza. Además los encuestados citan otros motivos para preferir el canal físico como poder comprobar y comparar los productos, la elección de los frescos (carne, pescado…), la costumbre, y la desconfianza hacia ciertos productos comercializados online, entre otros. Los encuestados que optan por el comercio electrónico hablan de los gastos de envío, los mayores descuentos, las ofertas por fidelidad y la opción de pagar después de la recepción. Esto es pesan más las razones de conveniencia en este último canal.
Es curioso lo que sucede en el caso de los frescos: El 49% de los participantes en el estudio aseguran que nunca adquieren este tipo de productos a través del canal online, mientras que un 43% de los consumidores encuestados tampoco lo hacen para adquirir congelados.
En esta línea, apuntan desde Asedas, UCM y la UAM, que la frecuencia de compra ha aumentado un 14,8% mientras que gasto por carro de la compra ha caído un 15,9% y la proporción de la renta destinada a la adquisición de productos de alimentación ha descendido un 13,9%. Además, destacan que al menos un 27% de los consumidores españoles encuestados han cambiado de establecimiento y un 60% ya realizan sus compras en varios establecimientos.
Todo lo anterior, señalan los autores de este estudio, es fruto de las «estrategias de ahorro» que han adoptado los consumidores ante unos precios en continúa escalada (el IPC repuntó un 3,6% en mayo, según el dato adelantado del INE). ¿Se está logrando ahorrar de esta forma? Menos del 40% de los encuestados afirman que sí lo han logrado, un 41% admiten que no lo ven claro y solo un 19% aseguran que no han podido ahorrar nada.
Entre los cambios de hábitos detectados, muchos de ellos afectan a los frescos. En concreto, un 19% de los participantes en el estudio aseguran haber sustituido ciertos tipos de carne por otros mientras que un 30% que han asegurado hacerlo en el caso de los productos pesqueros y el marisco. Por su parte, el 30% de los consumidores encuestados también señalan que adquieren las frutas y hortalizas en establecimientos diferentes del habitual. Además de que, entre un 21 y un 31% de los participantes dependiendo de los tres perfiles estudiados (‘Offline’, ‘Mix’ y ‘Online’), también han cambiado de marca en alimentos envasados, perfumería y droguería.
En el caso de la alimentación para mascotas, el consumidor se mantiene fiel a las marcas escogidas para sus mejores amigos. Hasta un 66% afirman que no han cambiado sus preferencias en esta categoría.