Así, con el lio de las “manifas a la puerta de Ferraz”, la actuación de esos cuatro imbéciles” le ha permitido a Sánchez sacudirse el muermo de una negociación enquistada y cada vez mas enrevesada para lucir palmito ante sus niñas en la sede nacional del partido y decir una boutade como que las manifestaciones ante las sedes socialistas, demuestran la necesidad de que salga adelante el pacto de investidura y haya un nuevo Gobierno liderado por su partido.
O largar una parrafada para socialistas no pensantes, esos que cierran sus ojos y oídos ante lo que esta pasando y lanzarles un mensaje subliminal en términos casi infantiles, con argumentos pueriles mas apropiados para un parvulario que para personas hechas y derechas en estos términos: «si algo demuestran estos días que estamos pasando, tan aciagos, tan frustrantes y tan indignantes evidentemente es la necesidad de que salga adelante, de que este país sea gobernado por el PSOE desde la razón y principios que siempre hemos defendido: la libertad, la democracia, los derechos y la convivencia».
Después, para júbilo de los presentes, ha agregado: «En fin. Podrán decir, hacer, pero que no nos intimidan, que vamos a seguir adelante, que vamos a tener Gobierno y que vamos a gobernar cuatro años».
En fin, las cosas son como cada uno las ve y este socialismo de Sánchez es incapaz de analizar con serenidad lo que esta pasando, que no es otra cosa que el hartazgo de millones de españoles de su incapacidad, de su ambición desmesurada por seguir en el poder que le incapacita para gobernar para todos, por lo que todo lo interpreta como si no fuese con él, y de quien se quejan los manifestantes es de su persona, no de los trabajadores de Ferraz contra los que no se ha alzado ni una sola voz, sino mas bien todo lo contrario.