Entre enero y marzo, la ocupación media en España ascendió a un 65% de las plazas disponibles, 13,6 puntos más que en el mismo período de 2022 y solo un punto por debajo del primer trimestre de 2019, según los datos del último barómetro del sector hotelero elaborado conjuntamente por Cushman & Wakefield y STR a partir de entrevistas a 1.200 hoteles que suman 150.000 habitaciones.
Y los grandes triunfadores de esta reactivación del turismo son Barcelona y Madrid, dos destinos urbanos muy perjudicados durante los dos años más duros de la pandemia, y que ahora están viéndose beneficiados de la consolidación del turismo nacional y sobre todo del regreso del turismo internacional y del ligado a los negocios. Y el caso más paradigmático es la capital catalana, en la que los precios han subido un 26,8% en los últimos doce meses hasta los 142,8 euros y en paralelo la ocupación se ha disparado 20 puntos porcentuales pasando del 47,2% al 67,3%. Los datos de Madrid también superaron la media española, con un incremento anual de precios del 17% hasta los 130 euros y un incremento de la ocupación de 14 puntos porcentuales hasta el 65,3%. “La recuperación de la actividad se ha acelerado durante este trimestre con datos excelentes en Madrid y Barcelona y a la expectativa de cómo evolucionará el ejercicio, aunque los indicadores previos al verano siguen siendo buenos”, señala César Escribano, director regional de STR para el Sur de Europa.
La suma de mayor ocupación y mayores tarifas ha disparado los ingresos por habitación disponible, el principal indicador de rentabilidad del sector hotelero, que han pasado de 54,54 euros en el primer trimestre de 2022 a 77,94 euros en el mismo período de 2023, lo que supone un alza del 43% y ocho euros por encima de los niveles de 2019. Al igual que en el resto de indicadores, los mayores beneficiados han sido Barcelona, donde los ingresos se han disparado un 81% anual hasta los 96,17 euros, y Madrid, con un alza del 49% hasta los 84,60 euros. “Hemos visto una recuperación que ha sido en V desde el fin de la pandemia con un incremento de precios que responde a la fuerza de la demanda y también al efecto de la inflación. El verdadero reto en estos momentos es conseguir que el beneficio operativo no se resienta por los aumentos de costes”, recalca Bruno Hallé, socio y codirector de Cushman & Wakefield Hospitality en España.