La evolución de los precios, alimentada por la pandemia y la guerra en Ucrania, ha provocado en distintos mercados el mismo debate: ¿son las empresas una causa de la inflación o víctimas de ella?
De acuerdo con la última nota difundida por Crédito y Caución, los márgenes empresariales medios han crecido desde la pandemia en los distintos mercados de nuestro entorno, con la excepción de Reino Unido, lo que ha conducido a medidas concretas para tratar de limitar el precio de productos básicos o dar mayor visibilidad a los márgenes de cada eslabón de la cadena de valor. “En Estados Unidos y la eurozona hay evidencia de que las empresas utilizaron su mayor poder de mercado, derivado de una fuerte demanda de servicios y bienes y una mayor aceptación de precios más altos por parte de los clientes, para aumentar sus márgenes de beneficio en la segunda mitad de 2022. No obstante, no creemos que los beneficios hayan sido el principal motor de la inflación en ninguna economía avanzada y es probable que la compresión de márgenes ya haya comenzado”, explica el economista de la aseguradora Theo Smid.
Crédito y Caución prevé que la inflación se mantendrá por encima del objetivo del 2% en los próximos dos o tres años, aunque en un marco de retroceso gradual. En este contexto, la aseguradora de crédito no espera que surja una espiral duradera de precios y salarios que se retroalimente, a pesar de que los salarios nominales aumentarán previsiblemente en el próximo período. A medida que disminuyan las interrupciones de la cadena de suministro, los márgenes empresariales en la mayoría de las economías profundizarán en su retroceso. El principal riesgo a la baja para este escenario son las turbulencias geopolíticas, que no permiten descartar por completo nuevos shocks de precios.