Los PMIs de septiembre reflejan esta dualidad: el manufacturero cede ligeramente hasta 52 desde el 53 de agosto, en línea con las previsiones, mientras que el de servicios corrige hasta 54,2, aunque por encima de lo esperado. La actividad económica, por tanto, no muestra signos de contracción.
El PIB definitivo del segundo trimestre de 2025 ha sorprendido al alza con un crecimiento del 3,8% frente al 3% estimado inicialmente. La previsión de la Reserva Federal de Atlanta para el tercer trimestre se sitúa cerca del +4%, consolidando la senda de crecimiento tras el -0,5% registrado en el primer trimestre. En cuanto a la confianza del consumidor, se observa un leve descenso en los dos principales indicadores: The Conference Board en septiembre se situó en 94,2 frente al 97,4 de agosto, y el indicador de la Universidad de Michigan cedió hasta 55,1 desde el 58,2 anterior.
El pasado 1 de octubre se produjo el cierre del gobierno federal en Estados Unidos, tras la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos para aprobar la financiación del gobierno en el nuevo curso fiscal. Se trata del primer cierre de la administración en siete años, y el primer cálculo de la Oficina Presupuestaria del Congreso estima que cerca de 750.000 empleados se verán afectados temporalmente. Por otro lado miles de empleados considerados esenciales, como militares, agentes de seguridad y personal aeroportuario, siguen trabajando sin recibir salario, y aunque históricamente, el Congreso ha aprobado el pago retroactivo de salarios una vez finalizado el cierre, en esta ocasión hay incertidumbre sobre si se mantendrá esa práctica, pues la administración Trump ha dado instrucciones a las agencias federales para preparar planes de despidos masivos.
Según estimaciones de Standard & Poor’s, el cierre podría reducir el PIB de EE.UU. entre 0,1 % y 0,2 % por semana en caso de prolongarse.
Adicionalmente, el cierre está paralizado la publicación de indicadores clave como el desempleo o la inflación, lo que complicará (aún más) la toma de decisiones por parte de la Reserva Federal. Los datos oficiales de empleo correspondientes a septiembre no se han publicado todavía, pero las referencias privadas han sido contradictorias: por un lado las vacantes de empleo o “JOLTS”, crecieron más de lo previsto hasta 7,2 millones de empleos ofertados, pero la encuesta ADP indicó el despido de 32.000 trabajadores en septiembre y revisó el dato de agosto de +54.000 a -3.000. Con todo, el número de personas desempleadas en Estados Unidos supera en más de 150.000 al número de vacantes de empleo, siendo este el diferencial más amplio desde 2017, si excluimos el periodo de pandemia.
Europa: estabilidad macroeconómica y sorpresas políticas
Europa mantiene un desempeño económico positivo, con unos PMIs de septiembre que muestran una mejora respecto a las previsiones: el manufacturero se situó en 49,8 (tres décimas por encima de lo esperado) y el de servicios subió hasta 51,3 desde el 50,5 anterior. El PIB del segundo trimestre se mantuvo en el 1,5%, superando las expectativas de una ligera corrección hasta el 1,4%.
La confianza del inversor, medida por el Instituto ZEW, sorprendió positivamente con una lectura de 26,1 frente al 25,1 anterior y al 20,3 esperado, con una tasa de desempleo que subía ligeramente hasta el 6,3%, siendo esta la evolución prevista y habitual tras los meses de verano donde suelen subir mucho las contrataciones.
Por el lado negativo tenemos la situación política en Francia, que ha generado mucha incertidumbre tras la dimisión del nuevo primer ministro apenas un día después de su nombramiento, así como la situación económica en Alemania. La producción industria alemana caía en agosto un 4,3%, con sectores como el automovilístico mostrando especial debilidad, y con datos de pedidos también a la baja, alertando de una escasa demanda que no augura buenos datos de crecimiento para los próximos meses, por lo que el programa de estímulo fiscal que quiere implementar el gobierno se vuelve cada vez más crítico.
China: leve deterioro, pero crecimiento por encima del 5%
No se han producido cambios significativos en las principales magnitudes macroeconómicas chinas, aunque se aprecia un leve deterioro generalizado. El PIB del segundo trimestre se situó en 5,2% desde el 5,4% del primero, superando la corrección esperada. La tasa de desempleo de agosto subió al 5,3% desde el 5,2% de julio, y la producción industrial cedió hasta un 5,2% desde el 5,7% en julio.
Los PMIs de septiembre se mantuvieron estables en la zona de 50: el manufacturero en 49,8 (ligeramente mejor de lo previsto) y el de servicios en 50 (ligeramente por debajo), con un IPC de agosto que volvía a territorio negativo con una lectura del -0,4%, frente al -0,2% esperado y el 0% de julio, reflejando que la recuperación de la demanda interna sigue pendiente. De hecho, los datos de gasto interno durante la “semana dorada china”, periodo vacacional que precisamente trata de estimular el consumo interno fomentando el turismo a nivel nacional, no han sido buenos. A pesar de un incremento en el número de viajes y en el gasto turístico, el gasto per cápita se ha reducido ya un 2,6% en comparación a los niveles pre pandemia.
En comercio exterior, las exportaciones de agosto crecieron un 4,5% (5% estimado) y las importaciones un 1,3% (4,1% estimado), lo que ha permitido la expansión de la balanza comercial china, a pesar de los menores envíos a Estados Unidos.
Política monetaria e inflación: la FED y el BCE en modo espera
La inflación en Estados Unidos sigue suponiendo un reto para la FED. El IPC de agosto subió dos décimas hasta el 2,9%, mientras que el subyacente se mantuvo en el 3,1% por tercer mes consecutivo. Aunque aún no conocemos el dato de septiembre, la estimación de la FED de Cleveland sitúa el IPC en el 3%. El PCE también mostró presión inflacionaria con un dato del 2,7% en agosto frente al 2,6% de julio, mientras que el subyacente se mantuvo en 2,9%.
En Europa, el IPC provisional de septiembre subió dos décimas hasta el 2,2%, y la inflación subyacente se mantuvo en el 2,3% por quinto mes consecutivo. Los datos definitivos se conocerán el 17 de octubre.
En su reunión de septiembre, la FED bajó en 25 puntos básicos el tipo de interés de referencia, situándolo en el rango 4%-4,25%. El mercado descuenta nuevas bajadas en las reuniones de octubre y diciembre, condicionadas a la evolución del empleo. El BCE, por su parte, mantiene los tipos sin cambios, con la facilidad de depósito en el 2%, aunque deja abierta la puerta a movimientos si la FED actúa.