Los beneficios empresariales agregados del trimestre de junio superaron las expectativas con un crecimiento interanual de dos dígitos, mientras que las previsiones para todo el año apuntan a un ligero descenso interanual. Pero, excluyendo las divisas, los beneficios van camino de superar los objetivos iniciales. Además, Japón ha registrado por fin un crecimiento positivo de los salarios reales por primera vez en bastante más de dos años. El país, al igual que el resto del mundo, seguirá viéndose afectado por las perspectivas económicas de EEUU a corto plazo. Las perspectivas se mantienen equilibradas a corto plazo, pero los cambios estructurales a medio y largo plazo que está experimentando Japón siguen vigentes, por lo que los inversores deberían revaluar su posicionamiento a largo plazo en renta variable japonesa para aprovechar la volatilidad a corto plazo.
La subida de tipos del Banco de Japón (BoJ) a finales de julio cambió la tendencia del yen japonés, pero el posicionamiento a corto plazo del yen y del Nikkei ya parecía tenso. La posterior volatilidad de las cotizaciones debe analizarse desde el punto de vista de la liquidez del mercado. Los flojos datos de empleo de EEUU de julio fueron la verdadera razón de la exagerada reacción mundial. Más subidas de tipos en Japón, hasta que alcance su tipo neutral, deberían considerarse pasos positivos hacia la normalización económica. El fortalecimiento del yen probablemente suponga un lastre para los ingresos de exportación a corto plazo, pero con el tiempo podría ayudar a la confianza interna. El BoJ ya mejoró recientemente su evaluación del consumo privado de “resistente” a “se prevé que aumente moderadamente, reflejando principalmente el aumento del crecimiento salarial”.
Todavía es prematuro sacar conclusiones sobre las futuras orientaciones políticas del primer ministro Shigeru Ishiba, pero posiblemente no representará un cambio significativo respecto a la actual agenda dominante del Partido Liberal Democrático (PLD). Es probable que se vea un mayor énfasis en la revitalización de las economías locales, quizás un Japón más asertivo desde la perspectiva de la política exterior, y un enfoque en recuperar la confianza de los votantes tras varios escándalos de financiación política dentro del PLD.
El acontecimiento más importante de los últimos meses fue la propuesta de adquisición de Seven & i Holdings por la canadiense Alimentation Couche-Tard en agosto, el primer gran anuncio de fusiones y adquisiciones tras la renovación por parte del Gobierno de las directrices para las adquisiciones de empresas en agosto de 2023. El consejo de administración de Seven & i rechazó la oferta sorpresa debido al bajo precio, que en su opinión no valoraba justamente la empresa. Pero independientemente del resultado, este acontecimiento podría representar un nuevo capítulo para el Japón empresarial. Aunque el mercado de control corporativo aún no está completamente abierto en Japón, un repunte de las fusiones y adquisiciones tendría implicaciones positivas para las valoraciones corporativas, así como para la eficiencia general de las empresas.
Es posible que en los próximos tres a seis meses los mercados sigan agitados debido a la inquietud que suscita la economía estadounidense y a la incertidumbre política que persiste en EEUU y Japón. Sin embargo, esto no cambia las perspectivas positivas para la renta variable japonesa a medio y largo plazo. Cabe esperar que las reformas normativas del año pasado sigan impulsando mejoras en la gobernanza empresarial, una mayor eficiencia del capital y un mayor rendimiento para los accionistas, y que el paso gradual de un periodo deflacionista a otro inflacionista impulse una transformación de la economía japonesa.