Ese mensaje sirvió para escenificar la distancia que les separa con la forma en la que Joseph Oughourlian y su equipo dirigen la compañía.
El mensaje estaba rubricado por Aherlow Inversiones, una sociedad que vehicula sus inversiones en diferentes negocios y que pertenece al holding Timón S.A. Su presidente es Ignacio Polanco y entre sus administradores también se encuentran miembros de la familia Pérez Arauna -del fallecido Pancho Pérez, uno de los fundadores de Santillana- y de la Noblejas.
Los Polanco se opusieron el pasado abril a la ampliación de capital que planteó Oughourlian a su Consejo de Administración, que tenía por objeto recaudar 40 millones de euros. Este montante se destinó a cumplir una de las exigencias que había puesto sobre la mesa Pimco -principal acreedor- para acceder a refinanciar la deuda financiera de Prisa. Esa condición pasaba por cancelar una parte de sus adeudos, equivalente a esa cantidad.
Lo que sucede es que Oughourlian negoció con diferentes inversores la participación en esta operación, por la que se emitieron acciones equivalentes al 9,95% del capital del grupo. Esto arrebató el derecho de suscripción preferente a los socios del grupo, lo que provocó que su participación se diluyera. El esquema es sencillo de entender: donde el día antes de la ampliación de capital había 100 acciones, el día después existían 109,95.
Ante esta situación, la participación de los Polanco -pignorada por otro accionista, como es Santander-, menguó, lo que les llevó a solicitar información a Prisa, por escrito, sobre esta operación acelerada.
Según han detallado en la Junta de Accionistas, fueron respondidos el 13 de mayo, es decir, a tan sólo unas horas de la celebración de la reunión de socios. Los Polanco consideran que «la información facilitada no es en absoluto suficiente», por lo que han anunciado que evaluarán la toma de «las medidas oportunas», sin concretar cuáles serían, en caso de efectuarse. Durante la reunión, Aherlow Inversiones -así lo ha anunciado- ha votado en contra de la delegación de facultades que había solicitado el Consejo de Administración para aumentar, «en una o varias veces», el capital de la social de Prisa y excluir el derecho de suscripción preferente en el equivalente al 20% de las acciones de la sociedad si fuera necesario.
Para los descendientes del fundador del grupo, esta «inusual amplitud» es improcedente, como también lo es la ausencia de información que les ha proporcionado la compañía con respecto a la operación sobre el capital realizada el pasado abril por la vía rápida.
Cabe recordar que no es la primera vez que los Polanco alzan la voz contra Oughourlian en una Junta de Accionistas. Hace tres años, lamentaron, en una intervención, la concentración de poder de la cúpula del grupo y la falta de consejeros que representaran las sensibilidades de Hispanoamérica.
En la reunión de este miércoles, su queja ha estado acompañada por la de Adolfo Utor, uno de los accionistas que conforman el denominado ‘bando rebelde’ de Prisa, junto con Global Alconaba, con el empresario sevillano Diego Prieto y con el productor audiovisual José Miguel Contreras.
Durante su alocución, Utor ha expresado: «En estos momentos, no tengo la confianza que tuve cuando entré en Prisa con ganas, con ilusión y confianza en su futuro». Y ha abundado: «Seguimos con resultados negativos, consumiendo caja, al mismo tiempo que la estabilidad accionarial se ha visto quebrada».»Aun así», ha señalado, «estoy obligado a intentar ver el vaso medio lleno». Oughourlian le ha respondido con dureza y le ha recordado que el precio de la acción es mayor actualmente que en enero de 2023, cuando entró en la compañía. Pese a estas tensiones, que han puesto en riesgo la estabilidad del grupo, el presidente de Prisa ha «tendido la mano» a los rebeldes para firmar la paz y, a partir de ahí, remar en la misma dirección.