La sequía y las altas temperaturas de la primavera se encuentran detrás de esta situación, que dejará la producción final de la campaña por debajo de los 35 millones de hectolitros, según las organizaciones agrarias.
Se trata aún de previsiones preliminares a falta de que comience a cortarse la variedad de uva blanca airén, muy resistente al calor y a la sequía y que es la mayoritaria en Castilla-La Mancha, región que concentra casi la mitad del viñedo de España y que acaba marcando la tendencia de la producción a nivel nacional.
«La sensación es de que el calor ha dejado la uva un poco tocada y ha perdido kilos», señala Ezquerro, quien también preside la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja, donde al principio vislumbraba «una buena cosecha», aunque ahora ha empezado a «tener dudas».
La producción será «mucho menor de lo que se dijo al principio», señala el técnico del sector del vino de la organización agraria Asaja, José Ugarrio, quien explica que no ha caído nada de agua durante estos últimos meses y estima entre un 20% y un 30% menos de cosecha a nivel nacional.
El responsable del sector vitivinícola de la organización agraria COAG, Vizcaíno, enfatiza que el escenario es «mucho peor» de lo que se dijo al principio y que no habrá «ni 35 millones de hectolitros», lo que representará «una de las vendimias más cortas de los últimos años».
El encargado del vino de la organización agraria UPA, Delgado, coincide en que el descenso puede ser del 20% en toda España, pero prefiere mostrarse cauto porque aún no ha comenzado la vendimia de la airén y recuerda que el año pasado también se llegó a hablar de una caída elevada que luego no fue tal.
Pese a la baja producción esperada, los primeros precios de referencia que se están conociendo apuntan a un descenso en comparación con el año pasado y en Castilla-La Mancha el agricultor recibirá 0,0150 euros por kilogrado de la también variedad mayoritaria de uva tinta tempranillo. El precio equivale a 2,50 pesetas por kilogrado, que es como se listan los precios en esta región, frente a las 2,80 pesetas del año pasado, aunque hay diferencias en función del destino de la uva, que se pagará a 4,50 pesetas el kilogrado si va para vinos de denominación de origen protegida (DOP).
El representante de COAG considera que si bien en Castilla-La Mancha hay excedentes de vino tinto que no se han vendido, ante la perspectiva de una baja producción este año el precio debería seguir, «al menos», como la pasada campaña. El representante de Asaja lamenta estos precios e indica que «deben incrementarse a lo largo de la campaña». Desde UPA, Delgado apunta que aún falta por saber a cuánto se pagará la variedad airén en Castilla-La Mancha, aunque concuerda en señalar que los tintos están teniendo un problema por la caída de su consumo a nivel internacional, no sólo en España.
Ezquerro, por su parte, indica que los precios que han puesto para las variedades cabernet sauvignon y tempranillo en Castilla-La Mancha dan cuenta del «desastre» actual del mercado del vino tinto.
En La Rioja, por el contrario, dice que se están haciendo operaciones en torno a 75 céntimos de euros por kilo, que «es más o menos lo mismo que el año pasado o un poquito más». En otras regiones, como Cataluña, y según el destino de la uva, como sucede con las que van para la elaboración de cava, los precios también han mejorado y se están pagando por encima de 60 céntimos el kilo cuando el año pasado estaban alrededor de 45, precisa el representante de COAG.
Esto se debe a que las existencias de cava no son muy grandes tras dos campañas de una fuerte sequía en Cataluña, según explica.