Al menos uno de estos requisitos es necesario para tener grupo propio en el Congreso y ni Junts ni ERC los cumplen, pues ambos se quedaron con siete escaños. Unos y otros tendrán que aprovecharse de los grises del Reglamento de la Cámara para conseguir conformar sus grupos. Pueden optar por la cesión temporal de diputados o proponiendo que se compute la media de votos en las circunscripciones y no se exija el 15 % en cada una de ellas. El visto bueno a estas dos opciones lo tiene que dar la Mesa y esa mayoría izquierdista evitaría posibles trabas de PP y Vox.
Esa «oportunidad de oro» a la que apelaba ERC gana en literalidad a la hora de hablar de esos grupos propios: hay mucho dinero en juego. Los grupos parlamentarios no solo tienen mayor presencia política en los debates, el Congreso pone a su disposición medios materiales y una subvención fija a la que se añade otra variable en función de los diputados lo formen. Según ese régimen económico, actualizado en junio, la subvención por grupo es de 30.346,72 euros mensuales y hay que sumar 1.746,16 euros por cada uno de los diputados. En el caso de Junts y ERC, con siete escaños cada uno, el total mesual sería de 42.569,84 euros.
Así, los partidos independentistas tienen más de medio millón de euros en razones para pactar con el PSOE la conformación de la Mesa del Congreso. En total, tener grupo propio les supondría obtener 510.838,08 euros de dinero público al año, más de dos millones si se cumpliesen los cuatro de legislatura.