Las centrales sindicales presentaron las medidas que consideraban prioritarias para esta legislatura hace semanas, sin embargo, una vez iniciadas las conversaciones del líder del PSOE con los grupos parlamentarios, prefieren mostrar un perfil bajo para que ninguna formación pueda «utilizarlos». Un giro que no es casual, dado que la agenda de Sumar ya recoge dos de sus demandas principales: la reducción de la jornada laboral y el despido.
«No esperamos que esos temas estén cerrados en el programa de Gobierno» ha confesado Sordo, quien ha subrayado que lo importante es que haya «predisposición a debatir y acordar una amplia agenda social en nuestro país». Esta es la primera legislatura en la que los agentes sociales son contactados por el candidato en el marco de la ronda de contactos para construir una mayoría parlamentaria, no obstante, el precedente fue fijado por Alberto Núñez Feijóo hace menos de un mes. Y en este contexto, los sindicatos quieren mantenerse al margen de las negociaciones entre PSOE-Sumar y también del intercambio con los independentistas, a pesar de que se muestran a favor de la amnistía para pasar a hablar de temas sociales.
Fuentes sindicales reducen esta reunión a una transmisión formal de las propuestas en la que el PSOE no ha esclarecido su posición, pese a que la rebaja de la jornada laboral a 35 horas por ley o la reforma de la indemnización por despido no parece convencer, a priori, a los socialistas. Precisamente estos dos puntos son los que han generado roces entre PSOE y Sumar por lo que después dos meses de negociación no forman parte del acuerdo, según apuntó el pasado jueves el responsable económico del equipo de Yolanda Díaz, Nacho Álvarez. Si bien, no se trata de que la ministra de Trabajo en funciones haya recogido las demandas sindicales de cara a las generales, si no que las posturas estaban alineadas con carácter previo, ya que quedaron fuera de la reforma laboral de 2021.
Sordo y Álvarez confían en que las dos formaciones cierren un acuerdo de mínimos que de pie a desarrollar una agenda social a lo largo de la legislatura, pero reconocen que será una tarea complicada por la necesidad de reunir los apoyos de Junts y ERC. Para los representantes de los trabajadores lo importante es que PSOE y Sumar reflejen unas líneas de trabajo «ambiciosas» a las que después puedan hacer sus aportaciones a través del diálogo social y llegado el caso, movilizarse si lo entienden oportuno para sacar adelante nuestras propuestas. No obstante, ambos secretarios generales han valorado positivamente el encuentro y confían en que Sánchez tendrá los apoyos necesarios para revalidarse al frente del Ejecutivo.
El líder socialista también se reunirá con los empresarios el próximo miércoles, como ya hiciera el candidato del PP lo que avanza el peso que tendrá la materia laboral en el acuerdo de gobierno, más aún si se tiene presente que Díaz encabeza la cartera de Trabajo que aspira a unificar con la de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ahora controlada por los socialistas con José Luis Escrivá al frente. El pacto cerrado entre PSOE y Podemos en 2019 ya dotó de gran importancia al campo laboral, cuyo primer objetivo era «consolidar el crecimiento y la creación de empleo de calidad». En ese documento se reflejó el compromiso de «derogar la reforma laboral», subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta el 60% del salario medio de forma progresiva, «simplificar y reordenar el menú de contratos de trabajo» o «favorecer el uso del contrato fijo discontinuo para actividades cíclicas y estacionales». Lo que ha constituido la hoja de ruta del Ministerio de Trabajo y Economía Social, sin embargo, también quedaron recogidas otras iniciativas que quedaron en el tintero una vez acordadas como el Estatuto del Becario. Una redacción que contrasta con las declaraciones de los representantes de los sindicatos que han restado importancia al detalle de las iniciativas que se reflejen en el acuerdo PSOE-Sumar.