El precio medio de los vehículos en lo que va de año se sitúa en 23.613 euros, incluido el impuesto de matriculación, un 8% más alto que en el mismo periodo de 2022 (unos 2.000 euros más), con lo que ya son un 30% más caros que antes del inicio de la pandemia, cuando costaban una media de 5.550 euros menos. Según datos de la Agencia Tributaria, el coste de los vehículos ha mantenido una tendencia ascendente, sin bajar del 5 % interanual desde 2020, año en el que la producción de automóviles se vio afectada por la paralización del transporte internacional de mercancías y por ende del abastecimiento de semiconductores y otros componentes eléctricos fabricados principalmente en países asiáticos como Taiwan, China, Japón o Corea del Sur.
También influyó, al menos a la llegada de distintos componentes necesarios para la producción automovilística en Europa, el encallamiento del buque carguero Ever Given entre el 23 y 29 de marzo de 2021 en el canal de Suez, estrecho navegable artificial por el que circulan en torno al 10 % de las mercancías del mundo.
La actualización del software de medición de emisión de gases de todos los coches a diésel procedentes de factorías del grupo Volkswagen tras el «Dieselgate», escándalo sucedido en 2015 en el que se falseaba la cantidad de gases emitidos por autos del fabricante alemán, fue el inicio del endurecimiento de las medidas en pro de la sostenibilidad, que aumentaron la factura final del vehículo.
Además, los vehículos eléctricos, llave para la reducción de las emisiones de CO2, mantienen un precio elevado al requerir una mayor cantidad de materias primas para igualar en eficacia a aquellos con motores convencionales, según indica un informe de la consultora McKinsey & Company.
Por otro lado, la elevada inflación, el mayor coste de la energía, particularmente del gas y la electricidad, y el encarecimiento de materias primas como el acero, el vidrio o el caucho, se encuentran tras el aumento generalizado del precio de los automóviles.