En su escrito, Macías explica las razones por las que, junto a sus otros cuatro compañeros de la minoría conservadora, ha votado en contra de aceptar la abstención de Campo en los asuntos referidos a la amnistía, a pesar de estar de acuerdo con sus seis colegas progresistas en que el ex ministro de Justicia debía quedar apartado del debate sobre esta ley. El que fuera vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sostiene que ni él ni los otros magistrados recusados –los progresistas Cándido Conde-Pumpido y Laura Díez– debían haber participado en las deliberación sobre las abstenciones presentadas por Campo por estar pendientes de que se resuelvan las tachas formuladas contra ellos.
Macías indica que, según la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), a la que se remite el artículo 80 de la Ley Orgánica del TC (LOTC), «el recusado no interviene en ningún aspecto del procedimiento en el que ha sido recusado, y cuando son varios los recusados, ni intervienen en su recusación ni en la de los demás cuando sean varios los recusados».