Pero de lo que no se dan cuenta es de que con ese modo de actuar lo único que logran es quedar en ridículo ante propios y extraños, además de reducir su capacidad de trasmitir mensajes, incluso contra la oposición, su único leit motiv en los últimos tiempos. Así hoy hemos visto como el duo Bolaños &Puentes reaparecían ante los medios utilizando una visita a las futuras instalaciones del Ave a Almería y ¡que casualidad¡
Resulta que el lugar del show mediático queda a mano de los respectivos lugares donde ambos pasan sus vacaciones. Así que ni cortos ni perezosos se han lanzado a informar de que ellos no están de vacaciones; que son los otros, los de la oposición los que pegan un palo al agua.
Vestidos de manera informal, el ministro de la Presidencia incluso con playeras, que pasa parte de sus vacaciones en la almeriense Mojácar, se ha acercado a las obras de Renfe en la Venta del Pobre para ensalzar la actuación del Ejecutivo en la crisis de los incendios.
, Y con su desvergüenza habitual, ha hecho una reflexión pero “en voz alta, este Gobierno no elige las emergencias a las que ha de enfrentarse, pero sí elige cómo estar al pie del cañón desde el primer día», ha asegurado en la atención a los medios, para pasar posteriormente a enumerar cuáles son esas crisis donde esto ha sucedido: el volcán de La Palma, la dana de Valencia, el gran apagón del mes de abril…
«A nosotros las crisis nos encuentran trabajando», ha repetido, «para poner los medios que sean necesarios para afrontarlas», ha dicho, antes de dejar otra afirmación para el recuerdo: «Por este motivo, a los ciudadanos les interesa que el gobierno siga presidido por Pedro Sánchez y en manos del PSOE».
Es decir, Bolaños asume ante Puente sus ataques al PP por los incendios pero ninguno de los dos pide que Sánchez interrumpa las vacaciones
Es mas, Puente ha justificado sus tuits en los que atacó a Mañueco y Moreno, señalando que «No he hecho burla con nada. He expresado mi indignación con ironía y sarcasmo». En definitiva, nos toman por tontos e incapaces de descubrir la golfería en la que se ha convertido un consejo de ministros fiel reflejo de la incapacidad de su líder que en Europa ya le rechazan y tiene que suplicar que le dejen estar en las reuniones, porque sus homólogos huyen de el como de la peste.