En primer lugar y como indica el periódico Libre Mercado, el programa electoral de Más Madrid contempla la eliminación de la bonificación del 100% en la cuota del Impuesto sobre el Patrimonio. La recuperación del gravamen generaría, según sus cálculos, unos 992 millones de euros de recaudación adicional. Sin embargo, los informes que se han publicado a este respecto advierten de que, por cada 1 euro de recaudación, se destruirían 4 euros de actividad económica, hundiendo en un 2% el PIB regional. Estos cálculos no han sido tomados en cuenta por Más Madrid, que simplemente asume que se puede subir este gravamen sin consecuencias.
Las propuestas de Mas Madrid pretenden dinamitar las bonificaciones propuestas en los últimos años por el Partido Popular. Así, el Impuesto de Sucesiones y Donaciones también aumentaría, en este caso con ánimo de golpear la bonificación del 99% que ha venido aplicando la Comunidad de Madrid desde los años de gobierno de Esperanza Aguirre. Por esta vía, Más Madrid ve factible una mejora de ingresos de aproximadamente 900 millones, volcada en las herencias de mayor volumen. Lo que no ha descontado García es que, habida cuenta de las bonificaciones que ofrecen otras regiones, muchos de los contribuyentes afectados podrían trasladarse temporalmente a tales territorios y canalizar de esa forma sus herencias. De nuevo, la valoración del partido comunista impulsado por Íñigo Errejón ignora el comportamiento de los agentes económicos y asume que la subida fiscal dará siempre y en todo caso los resultados que prevén los ideólogos de la extrema izquierda.
Además, García quiere obtener 300 millones eliminando las bonificaciones que ha introducido a lo largo de los años el gobierno del Partido Popular en el IRPF. En este caso, no se especifican cuáles son los cambios introducidos y simplemente se ofrece un dato general de impacto fiscal, de modo que estamos ante una estimación carente de fundamentos sólidos que la justifiquen.
En la misma línea, Más Madrid propone recaudar 230 millones con nuevas figuras impositivas que tendrían la forma de nuevos «impuestos verdes», caso de un gravamen al plástico, otro aplicado sobre los residuos y un tercero centrado en las bebidas carbonatadas. Se rompería el modelo actual, bajo el cual Madrid es la única comunidad sin impuestos propios, y la subida afectaría a empresas y familias.