La reacción del mercado no se hizo esperar, pese a que los detalles y el costo del gravamen no estén claros: los títulos de la gran banca italiana se han desplomado al comienzo de la sesión del martes, con las entidades perdiendo hasta 9.500 millones de euros de su capitalización de mercado combinada. Las acciones de UniCredit comenzaron la jornada con una caída superior al 6,7%, mientras que las de Intesa Sanpaolo se desplomaron hasta un 8,6%.
“Es una medida congruente e irá a alimentar las rebajas fiscales y a apoyar las hipotecas” porque “no estamos hablando de unos puñados de millones, sino de miles de millones”, aseguró este lunes el vicepresidente y ministro de Transportes e Infraestructuras, Matteo Salvini. La nueva tasa ha sido incluida por sorpresa en el último decreto aprobado por el Ejecutivo de Giorgia Meloni antes de las vacaciones veraniegas, ya que no figuraba en el borrador publicado por los medios italianos en los días previos a su aprobación. El impuesto podría aportar más de 2.000 millones de euros a las arcas estatales, según la agencia de noticias Ansa.
Según la norma, se activará si el margen de intereses registrado en 2022 “supera el valor del ejercicio 2021 en al menos un 3%”, un porcentaje se eleva al 6% si se compara 2023 con el año anterior. El impuesto extraordinario instituido para 2023 tiene un tipo del 40%, pero el importe, en cualquier caso, no podrá superar una proporción igual al 25% del valor de los activos netos al final del ejercicio precedente al que esté en curso el 1 de enero de 2023. Además, no es deducible a efectos del impuesto sobre la renta y del impuesto regional sobre actividades económicas.
La decisión ha tomado por sorpresa al mercado, atento a los comentarios del Gobierno pero confiado en que el Ejecutivo evitaría una medida de este tipo. Meloni ya había criticado a los bancos por no aumentar las tasas de depósito para ayudar a los pequeños ahorradores, incluso cuando está aumentando las tasas de préstamo en paralelo con las subidas de tasas del Banco Central Europeo. A comienzos de agosto, un senador del partido Hermanos de Italia había propuesto un gravamen similar pero limitado al 20% de los beneficios de la gran banca.
Salvini había intentado calmar a los mercados al afirmar en julio que estaba trabajando en conjunto con los bancos para mitigar el impacto de la subida de los tipos de interés en las hipotecas variables. La intención era “alargar los plazos” para evitar aumentos en los pagos mensuales. Sin embargo, este plan no habría prosperado. “Se trata de una norma de igualdad social”, defendió Salvini al término del Consejo de Ministros sobre la medida con la que el Gobierno espera recaudar más de 2.000 millones de euros para “alimentar” los próximos Presupuestos Generales, según algunos medios. El ministro dijo que “toda la recaudación se destinará a dos partidas: ayudas a las hipotecas de primera vivienda y rebajas fiscales”, al explicar que “la subida de tipos del BCE ha provocado un aumento del coste del dinero para los hogares y las empresas. No ha habido una subida igual de diligente, rápida e importante para los consumidores”.
“Así que en esta brecha habrá un gravamen del 40% sobre los multimillonarios beneficios extra de los bancos. No vamos a entrar en las cifras, pero basta con ver los beneficios del primer semestre de los bancos para 2023 para darse cuenta de que no estamos hablando de unos cuantos puñados de millones, sino que se pueden suponer unos cuantos miles de millones”, añadió.