Montero, en declaraciones en el Congreso de los Diputados, ha destacado que, de esta forma, el próximo año se va a cumplir ya con el Pacto de Estabilidad, al registrar un déficit máximo del 3% del PIB, gracias a la «buena» evolución de la economía y la creación de empleo, que está permitiendo aprovechar la mejora de los ingresos para el proceso de consolidación fiscal.
Además, ha indicado que se va a hacer antes de que se activen las nuevas reglas fiscales que se están discutiendo y que será un «debate importante» en la Presidencia española de la UE en el próximo semestre. Lo bonito y lo bueno es que para el 2024 se hace (establecer el déficit en el 3% del PIB) justamente sin practicar políticas de recorte, ayudando a todos los sectores que están en peor situación y protegiendo a la mayoría social del país», ha destacado.
Según detallan fuentes gubernamentales, el plan no incluye grandes palancas para aumentar los ingresos públicos o recortar los gastos. Es decir, la reducción de déficit se produce de forma natural “por el sólido crecimiento económico de España, superior a la media de los países de la UE, y al dinamismo en la creación de empleo, con cifras récord de afiliación a la Seguridad Social. Por tanto, el Gobierno logra una consolidación fiscal sin aplicar recortes”, apuntan desde Hacienda. Ambos factores, crecimiento económico y empleo, permiten un aumento estructural de los ingresos. La recaudación de 2022, tras lograr unos ingresos tributarios récord de 255.000 millones de euros al calor del IRPF, Sociedades e IVA, cerró con un avance anual del 14,4%. En esta mejora, siempre según el Gobierno, la inflación solo aportó cinco puntos a ese crecimiento de los recursos. La previsión es que el aumento de los ingresos vaya moderándose en los próximos años, pero siempre mantengan un crecimiento superior a la previsión de inflación, “lo que pone de manifiesto una vez más que la mejora de los recursos públicos está sostenida por el empuje de la economía y el dinamismo del empleo”.
Según detalla la propia Hacienda, el Gobierno “está comprometido con la sostenibilidad de las finanzas públicas”. De hecho, “pese a la pandemia y los efectos de la guerra en Ucrania”, en solo dos años España ha reducido su desfase más de la mitad al pasar del 10,1% en 2020 al 4,8% en 2022. Esto supone una disminución de más de cinco puntos porcentuales de PIB, la mayor rebaja de la serie en ese periodo sin incluir la ayuda financiera. En total, se trata de una rebaja de 49.500 millones de euros desde 2020.
De cumplirse los objetivos del Gobierno, España cumpliría a priori con las reglas fiscales que volverán a entrar en vigor a partir de 2024. Según la propuesta de la Comisión Europea, hecha pública ayer, los países tendrán que ceñirse a los límites anteriores, que fijan topes del 3% del PIB al déficit y del 60% del PIB a la deuda pública. Sin embargo, las capitales con mayores desequilibrios tendrían cierto margen para llegar a esos objetivos, reduciendo anualmente el déficit un 0,5%.
Por último, ha resaltado la buena marcha del empleo y ha indicado que la EPA del primer trimestre, conocida este jueves, muestra que sigue la tendencia de creación de empleo y de consolidación económica, y que España es uno de los países «más robustos» del conjunto de la UE.