Y es que considera que una combinación de flexibilización de la política monetaria, menores tasas de inflación, mejor confianza del consumidor y un crecimiento sólido, aunque más lento, del PIB real respaldarán a las compañías durante los próximos 12 a 18 meses.
«En general, en 2024, la calidad crediticia de las empresas no financieras españolas mejoró, impulsada principalmente por las empresas de alto rendimiento con calificaciones más bajas, y esperamos que esto continúe en 2025».
Es más, desde la calificadora prevén que la calidad crediticia supere a la de sus pares en Europa, Oriente Medio y África (EMEA, por sus siglas en inglés). «El año pasado, la ratio de mejora-rebaja de la calificación de las empresas españolas aumentó a 2,3 veces desde 0,3 veces en 2023, un aumento significativo y superior al 1,1 veces observado para las empresas de EMEA», indica García, vicepresidente y analista sénior de Moody’s Ratings.
El principal impulsor de las mejoras de calificación ha sido el sólido desempeño operativo, que ha llevado al fortalecimiento de los indicadores crediticios clave. En menor medida, para la agencia también han contrubuido las ampliaciones de capital o las inyecciones de capital para reducir el apalancamiento financiero.
Asimismo, y según la distribución de las perspectivas, es probable que la calidad crediticia de las empresas españolas sea más resistente que la de las empresas de EMEA. De hecho, en Moody’s enfatizan que a principios de 2025, el 21% de las compañías de nuestro país ya tenían una perspectiva positiva frente al 14% de las empresas de EMEA. «Solo el 5% de las empresas españolas tenían una perspectiva negativa frente al 14% de las empresas de EMEA. En ausencia de shocks inesperados, existe el potencial de que las empresas españolas adopten más medidas de calificación positivas y menos medidas de calificación negativas en comparación con sus contrapartes de EMEA», subraya García.
Por otro lado, en la agencia señalan que las empresas españolas de grado especulativo han logrado superar el muro de la refinanciación. «Durante el último año, las empresas españolas ampliaron los vencimientos de su deuda. La proporción de deuda total pendiente de pago de las empresas españolas durante los próximos cuatro años disminuyó en 2024 al 52% desde el 58% del año anterior. El muro de la refinanciación para las empresas españolas se ha trasladado de 2026-2027 a más allá de 2028», dice el analista de Moody’s. Sin embargo, a pesar de esta ampliación, las empresas españolas siguen presentando vencimientos de deuda más cortos que sus homólogas de EMEA durante los próximos tres años. «La proporción de empresas españolas con buena o muy buena liquidez aumentó al 46% en 2024 desde el 19% del año anterior» gracias a mejores fuentes internas y externas, «un mayor flujo de efectivo de las operaciones, una menor dependencia de líneas de crédito externas como las líneas de crédito renovables y la exitosa extensión de los vencimientos de la deuda».
Los impagos se mantendrán bajos
En cuanto a los impagos entre las empresas españolas, en Moody’s anticipan que es probable que se mantengan bajos en 2025. «En 2024, registramos solo dos impagos entre las empresas no financieras españolas calificadas: el operador de juegos Codere, y el grupo de construcción OHLA». En este sentido, en la calificadora explican que esto es significativamente menor que los seis impagos registrados en 2023, que, junto con 2020 durante la pandemia de Covid-19, tuvo el mayor número de impagos en la última década. Igualmente, ponen el foco en que la proporción de empresas españolas con una calificación de ‘Caa1’ e inferior, que tienen más probabilidades de incumplir, ha caído ligeramente al 9% a principios de 2025 desde el 10% de un año antes.
Con todo, identifican dos empresas donde la probabilidad de impago es muy alta: Deoleo (‘Caa1’, perspectiva negativa) y Naviera Armas (‘Caa2’, perspectiva estable). «Deoleo se enfrenta a una importante resolución fiscal adversa en Italia que, de confirmarse, debilitaría significativamente su perfil financiero. Naviera Armas tiene recursos financieros limitados y podría sufrir otra reestructuración corporativa en los próximos meses», comenta García.
Por último, la tasa de morosidad global del año pasado, del 4,8%, fue ligeramente inferior al 5,0% registrado en 2023 y seguirá disminuyendo en 2025 apoyada en una economía resiliente, fundamentos corporativos saludables, vencimientos manejables a corto plazo y mercados de capitales accesibles. «Esperamos más recortes de los tipos de interés en las principales economías este año. Sin embargo, la probable imposición de aranceles más altos por parte de la administración Trump puede reavivar la inflación y desacelerar la reducción de las tasas de interés de política. Nuestro escenario base pronostica que la tasa de morosidad global caerá por debajo de su promedio de largo plazo del 4,2% en 2025, alcanzando el 2,6% a finales de año», concluyen en Moody’s.