Según se sabe, Trilantic ha optado por acelerar un ‘plan B’ ante la negativa del ministro de Transportes, Puente, a aceptar la entrada de capital húngaro en el fabricante. Y tras tantear un mercado que ya previamente había mostrado su rechazo generalizado a Talgo, ha encontrado en la helvética Stadler un posible comprador que podría complementar su gama de productos con la tecnología española de alta velocidad y ancho variable. Tanto Stadler como Trilantic han declinado confirmar o añadir comentarios a esta información.
El Ejecutivo ha ido suavizando su postura desde la primera negativa del titular de Transportes, Puente pero en Moncloa siguen recelando del origen del capital de Magyar Vagon. La participación del Gobierno de Orbán en el ofertante a través del fondo estatal Corvinus, los estrechos vínculos de sus directivos con el primer ministro y que no se haya aclarado la estructura del fondo Solva II, propietario último de Magyar Vagon, no ayudan a despejar las dudas de las autoridades españolas.