Situado en la avenida Andrássy, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y la calle comercial más lujosa de la ciudad, W Budapest cuenta con 151 elegantes habitaciones y suites, así como tres innovadores conceptos gastronómicos, todos ellos influenciados por la rica historia, creatividad y diversidad de Budapest. Tras la apertura en 2021 de W Roma, W Budapest muestra la evolución de la marca W Hotels, con un increíble diseño en un entorno sofisticado y lúdico a la vez, conectando a la nueva generación de viajeros de lujo con lo local.
Los interioristas Bowler James Brindley (Londres) y Bánáti + Hartvig (Hungría) han restaurado y reimaginado cuidadosamente el Palacio Drechsler, inspirándose en su rica historia cultural y sus múltiples identidades como café, centro social y Academia Estatal de Ballet de Hungría, para crear extraordinarias narrativas de diseño. Junto a la historia del palacio, el hotel tiene una historia de diseño de «segunda piel» que une los dos lados de la ciudad, Buda y Pest, con una lúdica yuxtaposición. Desuaves capas al uso de mallas metálicas para crear perspectiva en las zonas comunes y en las habitaciones del hotel, el concepto de diseño crea espacios que revelan nuevas profundidades cada vez que se visitan y viven.
También se han inspirado en la grandiosa estética arquitectónica del Renacimiento francés de toda la ciudad, que se moderniza con una animada paletas de colores verde, coral y azul oscuro, combinadas con azulejos contemporáneos de inspiración Zsolnay, vidrieras y accesorios de iluminación inspirados en joyas. La vibrante y ecléctica escena cultural húngara, que incluye la famosa afición de la ciudad por el ajedrez y su arraigada conexión con el ballet, también pueden apreciarse en todo el hotel. Los sutiles guiños a ambos se expresan en forma de lámparas hechas a medida con piezas de ajedrez y suelos de mármol monocromático o suaves tonos rosas, líneas curvas e iluminación inspirada en la delicada fluidez de la danza. Algunas de las figuras más reconocidas de Hungría, Harry Houdini y Zsa Zsa Gabor, han suscitado una visión creativa en el concepto del interiorismo, mediante juegos de espejos para crear ilusiones ópticas y toques nostálgicos del glamour de Hollywood.
Las interconectadas narrativas de diseño están presentes en las 151 habitaciones del hotel, incluidas 45 suites. El estilo único de la quinta planta, con la madera como protagonista, respeta el diseño original del tejado del palacio, que ha sido restaurado. Por otro lado, la conexión del hotel con el ballet se refleja en la suite Extreme WOW, la reinterpretación de W Hotels de una suite real, que es totalmente negra y en la suite WOW, que es totalmente blanca, en un claro homenaje al famoso ballet El lago de los cisnes.
W Budapest, abre sus puertas con tres nuevos e imaginativos conceptos gastronómicos, pensados para despertar la curiosidad y fomentar las relaciones entre huéspedes y locales. Bajo la batuta del restaurador Riccardo Giraudi, el restaurante Nightingale by Beefbar es el corazón gastronómico del hotel. El restaurante parte del famoso concepto Beefbar, ofreciendo una introducción accesible a la cocina asiática, ya que combina sabores asiáticos tradicionales y frescos con una selección de los platos de carne emblemáticos de Beefbar, para disfrutar de una experiencia culinaria vibrante. Al frente de la cocina de Nightingale by Beefbar está Fabio Polidori, que ha elaborado un menú diseñado para compartir con amigos. Entre los platos estrella figuran el carpaccio crujiente rociado con un picante aliño de chipotle, el sashimi de jurel con salsa de trufa yuzu y el divertido Miss Bao, que invita a los comensales a mojar plátano caramelizado en una salsa de chocolate negro. El bar de Nightingale by Beefbar ofrece una gran variedad de cócteles creativos, desde el Nightingale Boulevardier a base de bourbon hasta el cóctel Budapest Calling, a base de ginebra y vino dulce.
Society25 es el exclusivo bar clandestino del hotel, situado en el sótano. Society25 se inspira en las conversaciones creativas y las sociedades secretas que frecuentaban el espacio en su vida pasada, ofreciendo una experiencia íntima y liberadora. La extensa carta de cócteles ofrece ocho cócteles “hechos a medida” que rinden homenaje a las grandes épocas, personajes y edificios de la ciudad, cada uno de ellos con un ingrediente misterioso, supervisado con maestría por el Head Bartender, Stefano Ripiccini. Los clientes pueden elegir entre The Illusionist, en honor al gran Houdini; Brew Bop, que hace un guiño a la Edad de Oro del café de Budapest, y Geranium, inspirado en el mismísimo Palacio Drechsler.
El W Lounge, situado en la planta baja y perfectamente integrado en el restaurante Nightingale, es el epicentro social del hotel. Desde reuniones de negocios y almuerzos ligeros hasta fiestas nocturnas, el W Lounge trasciende del día a la noche, sirviendo platos para compartir y cócteles de autor con un electrizante telón de fondo de actuaciones de DJ mientras el sol se pone sobre Budapest.