Al mismo tiempo, el fondo polaco PFR continúa sin oficializar su plan pero si o hiciese anularía las pretensiones de Moncloa de incorporar otra empresa a su emporio industrial encabezado or Telefonica y dirigido desde la Sepi.
Para lograrlo, el ministro de Economía, ha viajado a Polonia para reunirse con distintos ministros involucrados en la operación.
El Fondo de Desarrollo Polaco presentará este viernes una oferta que podría superar incluso los 5 euros por acción, según el medio local Gazeta Prawna, una información no confirmada por el fondo. A las 14:08 horas de este miércoles, PFR remitió una notificación a la CNMV asegurando que no había presentado propuesta alguna a Pegaso y que no se había tomado ninguna decisión al respecto. El importe ofertado, 621 millones de euros, igualaría así la oferta del consorcio húngaro Ganz-MaVag y satisfaría las pretensiones de Trilantic, que siempre reclamó igualar la puja magiar para aceptar la venta de la empresa.
Pero en Moncloa no gusta la idea de ceder el control de la empresa que gestiona todo el mantenimiento de los trenes de Renfe a un actor extranjero. Tampoco la idea de traspasar su tecnología de ancho variable, que ha cobrado especial importancia ante los planes de integración de Ucrania en la UE o los de India de desarrollar su red ferroviaria en tres anchos de vía distintos.
De hecho, representantes del Gobierno están tratando de forzar a Pegaso para que acepte de inmediato la oferta del consorcio vasco, hasta el punto de que en el entorno de esta sociedad se da por hecho que la venta saldrá adelante. Pegaso está formado por el fondo británico Trilantic (dueño del 30% de Talgo), el family office Torreal (con un 3%), el presidente de Talgo, Carlos de Palacio (con cerca de otro 3%) y otros socios. Ayer, sus tres representantes en el consejo de administración de Talgo presentaron su dimisión para evitar un conflicto de interés en la votación relativa a su desinversión.
En este ambiente, Cuerpo, trata de reunirse con los ministros de Infraestructuras (Dariusz Klimczak), Desarrollo Económico y Tecnología (Krzysztof Paszyk) y Finanzas (Andrzej Domansk) de Polonia, los tres implicados en la operación Talgo. Antes de esos encuentros, Cuerpo ha reiterado la condición de «empresa estratégica» de Talgo: «es una empresa clave, no sólo porque su sector es estratégico, sino por las tecnologías y patentes que ha desarrollado». Además, ha señalado las dos condiciones del Gobierno para autorizar la entrada de nuevos accionistas: «la presencia de accionistas estables que apuesten a largo plazo por su capacidad industrial, y que el refuerzo de la capacidad industrial sea en España y su economía».
Tras defender el ‘escudo anti-opas’ puesto en marcha por el Gobierno como un «ejemplo a nivel europeo de cómo conseguir el equilibrio entre fomentar la llegada de empresas y que España proteja sus intereses estratégicos». En relación con la posibilidad de que se vuelva a aplicar un veto como el esgrimido contra Hungría, Cuerpo ha reconocido que son «conscientes del marco de libertad de capitales europeo, pero podemos (el Gobierno) valorar la operación y todavía no hay una oferta encima de la mesa».
Para finalizar, el ministro ha reclamado «prudencia» respecto a la operación, dado que la empresa cotiza en bolsa, tras lo cual recordó que «la decisión en los cambios del accionariado corresponde a la propia empresa». Aún así, señaló que «la posible oferta de Sidenor avanza adecuadamente», pidió esperar a su materialización. Así, Cuerpo aseguró que si Polonia, a través de PFR, no presenta finalmente su oferta por el fabricante español, o no logra hacerse con ella, «hay muchísimo margen dentro del sector del transporte ferroviario para que siga habiendo e incluso se refuerce la colaboración» con Polonia y también la presencia en el país «de empresas españolas punteras en este ámbito»,