Y es que la mañana había sido bastante resultona para el Gobierno que defendió bien sus bastiones y aplaco los ataques populares con el tema del perdón de las condenas de los etarras, por el enorme error cometido por estos aprobando sin leerse las enmiendas que, cucamente, habían sido introducidas por los hombres de Patxi López para cumplir con los acuerdos con Bildu para lograr sus votos a favor de Sánchez y de sus presupuestos.
Pero a media tarde, la bomba explotaba en la cara del Gobierno y el informe elaborado por la Guardia Civil sobre el casi Koldo se convertía no ya en el caso Ábalos,. sino en el caso Sánchez y sus secuaces, porque tal y como señalábamos ayer, lo que parece apuntar el informe es que la corrupción ha vuelto a la política española y de que manera y con que fuerza.
Hoy, en un driblin casi perfecto Sánchez amanecía en Roma visitando al Papa Francisco en la mismísima ciudad del Vaticano para hablar de la inmigración de Canarias.
Quizá por encontrarse donde se encontraba el presidente del Gobierno ha reconocido que el exministro de Transportes le informó de la visita «privada» de la vicepresidenta venezolana a España en enero de 2020, pero que finalmente el viaje se canceló al constatar que existían sanciones individuales contra ella, lo cual es solo la verdad a medias porque la señora visitó España y el gobierno a través de Ábalos le facilitó una serie de contactos, etc, etc. . Ahora bien, don Pedro en un alarde de sinceridad ha dicho eso de que “no habrá impunidad.
Habrá que verlo, pero mucho nos tememos que tratara de evitar el ocupante de La Moncloa debe estar preparando todo tipo de mentiras y ataques a todo el que se mueva o simplemente sugiera algo. para que la porquería, el fango que tanto le gusta mencionar, no le cubra y lo arrolle.
Aunque si eso sucede los primeros que ganarían serian los propios españoles