El pasado mes de abril el 51,1% de las viviendas que se compraron en España se pagaron al contado, según los datos que maneja el Colegio General del Notariado. Pese a que el porcentaje pudiera parecer elevado, rompe con tres ejercicios consecutivos en los que esta modalidad había venido ganando peso y es el más bajo de los últimos diez años, a excepción del registrado para ese mismo mes en los ejercicios en los que la actividad inmobiliaria estuvo afectada de un modo u otro por la pandemia -entre 2020 y 2022, ambos incluidos-.
Ese mes, abril, los bancos avivaron una ‘guerra’ comercial que ya había comenzado a principios de año de la mano de las entidades más grandes. Todas buscan ganar cuota con rebajas en su oferta de tipos fijos, que es la que más puede resentirse a medida que el BCE vaya bajando los tipos de interés en la Eurozona. Se espera que la entidad lo haga por primera vez este jueves en 0,25 puntos básicos, que se tome después una pausa para ver cómo evolucionan la inflación y la economía, y no se descarta un nuevo recorte antes de final de año.
A lo largo de la última década el pico de compras al contado para el mes de abril se registró en 2015, cuando llegaron a representar casi el 60% del total (58,7%), según los notarios. El suelo se produjo en 2020, en el peor momento de la pandemia, un momento en el que apenas un 26,8% de transacciones se abonaron a ‘tocateja’.
El alza de los precios de la vivienda y el encarecimiento del crédito han acabado por expulsar a las familias más vulnerables del mercado de compraventas hacia el de alquiler, donde el problema de oferta se ha exacerbado aún más, disparando los precios. A falta de cifras oficiales, el portal Fotocasa constataba a finales del mes pasado que, de media, la subida de los precios de los arrendamientos ha sido del 78% en el conjunto del país la última década.