De acuerdo con los datos que ha publicado el Consejo General del Notariado, la concesión de préstamos para adquirir inmuebles se desplomó un 21,3%, muy por encima de lo que cayó la compraventa de viviendas. La cuantía de la hipoteca media descendió un 3,1% el año pasado hasta los 148.592 euros.
El último ejercicio se cerraron un total de 640.451 operaciones, un 11,2% menos que el ejercicio anterior y menos, también , que en 2022. Las transacciones se redujeron en dieciséis de las diecisiete comunidades autónomas, elevándose únicamente en Asturias, con un alza del 1,4%. El mercado se resintió sobre todo en las zonas más tensionadas, donde la oferta de vivienda no da para cubrir una demanda en aumento. Es el caso de Baleares, donde las compraventas se desplomaron prácticamente un 20%, muy por encima de la media; pero también el de Canarias (-16,8%); Madrid (-16,2%); País Vasco (-15,7%); La Rioja (-14,5%); Cataluña (-12,8%) y Andalucía (-12,4%).
Llama la atención que, según los datos de los notarios, un 43,8% de las operaciones (280.340) se llevasen a cabo al contado, sin necesidad de financiación bancaria. Los compradores (o inversores) han disparado las adquisiciones a tocateja, tratando de huir de esa financiación bancaria más cara. Las nuevas hipotecas para vivienda se redujeron en todas las autonomías, si bien cayeron con más fuerza en Cantabria (-25,5%); Cataluña (-24,6%); Madrid (-23,1%); Castilla y León (-22,3 %); y en Murcia y Andalucía, sonde retrocedieron más del 21%.
Pese a la incertidumbre global y al encarecimiento de la financiación, cabe recordar que la compraventa de viviendas venía de registrar en 2022 su mejor ejercicio en quince años, habiendo superado ya por entonces los efectos que la crisis financiera y el pinchazo de la ‘burbuja’ del ladrillo tuvieron en esta actividad. En total se cerraron 719.680 operaciones, lo que da idea de hasta qué punto los datos del último ejercicio confirman que el sector ha aguantado en una coyuntura compleja.
Por otro lado, la tensión entre la oferta y la demanda permitió que el precio de los inmuebles siguiera subiendo, aunque de forma moderada, a pesar de que se cerrasen menos operaciones. De media se incrementó un 1,3% en el conjunto del ejercicio. Los datos del último mes del año ofrecen una lectura algo diferente. En diciembre la compraventa de viviendas redujo su caída interanual al 5,2%, mientras que la concesión de hipotecas bajó un 8,1%, en el que ha sido su primer descenso inferior a los dos dígitos en todo el año.
El hecho de que, tanto las hipotecas como las compraventas, moderasen su retroceso en diciembre ha permitido que el precio de los inmuebles suba con más fuerza, un 5,8% hasta los 1.687 euros por metro cuadrado. En algunos territorios ese aumento es mucho más acusado, puesto que alcanzó el 70,2% en Castilla-La Mancha, el 28% en Navarra y el 10,7% en Castilla y León.