Y es que el restaurante se convierte a partir de esta temporada en un seductor speakeasy, escondido tras una castiza taberna del barrio de Chamberí. Quien quiera disfrutar de todo lo que ofrece este templo de la alta cocina latina y la diversión deberá conseguir reserva y buscar una media luna semioculta en una fachada de la calle José Abascal.
El concepto speakeasy surge en Estados Unidos durante la ley seca, entre los años 1919 y 1933. Eran bares clandestinos, emboscados en los sótanos o las traseras de comercios de toda índole, a los que se accedía mediante una contraseña que muy pocos conocían y en los que se bebía en voz baja. Los speakeasy que hoy proliferan en grandes capitales como Madrid son de todo menos silenciosos, pero sí mantienen ese halo de misterio y exclusividad; ese subidón de adrenalina que da enfrentarse a lo inesperado y que hace que la experiencia en MamaQuilla sea aún más apasionante.
Para vivir esta experiencia, será necesario reserva previa y acceder por las entrañas de un, por el momento, anónimo lugar en el que se sirven callos a la madrileña, rabo de toro y soldaditos de Pavía. Ya en el interior, reciben al visitante todo el glamour, la elegancia, los espejos, la explosión de color y las plumas de un establecimiento que vibra cada noche y que rinde tributo no solo a la comida latina, sino también a sus gentes, su música, su energía y su forma de vida. Esta temporada, MamaQuilla ha reforzado con un elenco propio y nuevos números el espectáculo que anima las cenas e invita a seguir la fiesta una vez se levanta el mantel. Habrá bailes latinos –salsa, bachata, rumba, tango, merengue…–, pero también guiños al teatro de improvisación, sketches de humor y más participación del público, siempre sin interferir en el disfrute de una propuesta culinaria que justifica la visita por si sola. Y es que si algo distingue a este de otros restaurantes con actuación en la capital es que en MamaQuilla se comer realmente bien. Su carta es un compendio de recetas de inspiración latina ejecutadas desde un punto de vista contemporánea con materia prima nacional de máxima calidad que puede completarse con una excelente bodega –acoge cerca de 200 referencias de todo el mundo, con gran peso de los vinos espumosos– y con una potente oferta coctelera donde predominan los rones, el pisco, los tequilas y los mezcales.
Los sábados de 13:30 a 19:00 horas, MamaQuilla acoge el que sin duda será uno de los brunch más divertidos de Madrid. Está pensado para toda la familia y amenizado con música en directo: desde el son y la salsa cubanos, hasta la cumbia colombiana pasando por tangos, rancheras, boleros, sambas o bossa novas sonarán con fuerza incitando al baile e invitando al comensal a un fascinante viaje por Latinoamérica. Por un precio de 35 €, el menú incluye un primero a elegir entre ensalada de mango con brotes de temporada y guacamole tatemado hecho en mesa con totopos; un segundo a escoger entre milanesa napolitana con salsa de tomate, queso y huevo frito, arroz chaufa salteado al wok con verduritas, corvina a la brasa marinada en achiote y huevos benedict sobre pan de brioche y panceta, y dos postres: flan de queso cremoso sopa de maracuyá y chantilly de haba tonka con helado. Por 15 € más puede disfrutarse de barra libre de cerveza, vino, bellini, refrescos y agua. Además, cuenta con un menú infantil de 15 € para menores de hasta 12 años que incluye un primero a elegir entre sándwich tostado de jamón y queso o croquetas melosas de jamón ibérico; un segundo a elegir entre arroz a la cubana con pechuga de pollo y huevo frito o milanesa de pollo con patatas fritas y un postre a elegir entre yogur con frutas caribeñas y helado de chocolate y pistacho.
MAMAQUILLA
José Abascal, 61. Madrid
Teléfono: 910 970 110
Horario: jueves y viernes de 20:00 a 02:30 h; sábados de 13:30 a 17:00 h y de 20:00 a 02:30 h. Lunes, martes, miércoles y domingos cerrado