Todo lo demás son fuegos artificiales porque el desastre de los trenes no deja de ser un azucarillo que se disolverá en una enorme bañera manejada por el experto ministro Puente. Así que en los próximos días veremos el espectáculo del trilero rey manejando todo tipo de informaciones para impedir que se sepa el desastre de red eléctrica que su gobierno y la multitud de enchufados colocados a todos los niveles han creado y el desastre bananero en el que se esta convirtiendo España, con todo tipo de incidentes a cual mas cutre.
El problema es que además para que todo le salga bien y recupere la imagen de súper benefactor del mundo mundial que quiere mostrar no lo va a tener fácil. Enfrentarse al conjunto de empresas eléctricas y tratar de que sean las que carguen con la culpa del apagón requiere además de la dosis de cinismo archi demostrada en múltiples batallas. impedir con datos concretos y reales que efectivamente o no se sabe que paso y la culpa se reparte entre todos los protagonistas del sector o los datos no dejan lugar a dudas: las eléctricas fueron las responsables. Y eso no parece que vaya a ser posible.
Ma fácil lo va a en su sumisión a Puigdemont en la traída y llevada Opa. Desde el principio el Gobierno ha expresado su oposición a la operación por lo que a nadie extrañaría una batalla en toda regla contra BBVA. Otra cosa seria valorar las consecuencias de este enfrentamiento. La banca, no va a jugar esa baza, porque entre otras cosas le va la vida en ello. Si banco y cajas se pliegan en esta batalla a los deseos del Ejecutivo habrá perdido su independencia para el resto de su vida y a ese juego es difícil que entren Santander, CaixaBank o Bankinter, por citar a unos pocos. Otra cosa es que la patronal pro-independentismo, como Foment, juegue esa partida para no perder su “poder” frente a la gran patronal con sede, que tragedia en Madrid.
Cualquier cosa puede pasar, pero tontamente estamos ante una batalla que puede dar lugar a un nuevo marco financiero empresarial y a unas nuevas relaciones poder político, poder económico. Es decir, Sánchez como no podía ser de otra manera va a tratar de doblar el brazo a otro de los poderes en el que no cuenta con apoyos y al que siempre ha tratado de subyugar y con el que no ha podido, prueba de ello son los impuestos especiales a los que ha sometido a eléctricas y banca sin mas razón que la política de sumisión al poder totalitario que representa el sanchismo al que o te sometes o eres purgado.
En ese contexto, la narrativa gubernamental tratará de apuntar hacia las eléctricas como parte del problema, insinuando que su defensa de intereses particulares podría haber influido en la gestión o incluso en la vulnerabilidad del sistema. Y a la gran banca como gran enemiga de los pequeños empresarios. La intervención de Sánchez en el Congreso dejara a la vista parte de sus intereses y como hará frente a las contingencias que se le avecinan.