El proyecto se enmarca en el Mecanismo Conectar Europa (CEF, por sus siglas en inglés), de acuerdo con el Reglamento (UE) 2021/1153 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 7 de julio de 2021.
Se trata de «un instrumento clave de la UE para promover el crecimiento, el empleo y la competitividad» con inversiones en infraestructuras «modernas y multimodales» de alto rendimiento en los sectores digital, del transporte y de la energía, que contribuyan a la interconexión e integración de la UE y de todos sus territorios insulares y regiones, incluidas las ultraperiféricas.
Según explica el BOE, los cables submarinos desempeñan un papel estratégico en las comunicaciones e infraestructuras digitales, ya que la gran mayoría del tráfico internacional de datos se transmite a través de ellos, por lo que son claves como infraestructura de conectividad y también para el desarrollo de la economía global y de la sociedad digital. Por estos motivos, los estados deben adoptar políticas para permitir flujos de información y datos de red eficientes, redundantes, resilientes y seguros.