Los analistas no se ponen de acuerdo sobre qué cabe esperar a partir de ahora, y es que el repunte que ha experimentado es considerable, al haberse duplicado su valor en menos de dos años.
En concreto, los de ING apuntan que «de cara al futuro, los bancos centrales siguen comprando», y el Banco Popular de China extendió su racha de compras de oro en septiembre por undécimo mes consecutivo a pesar de los precios récord. Además, añaden, «la guerra comercial de Trump sigue presionando, los riesgos geopolíticos siguen siendo elevados y las tenencias de ETF continúan expandiéndose mientras se intensifican las expectativas de nuevos recortes de tipos de la Fed». «Todo esto sugiere que el oro aún tiene margen de crecimiento», indican.
Sin embargo, en Bank of America (BofA) no tienen tan claro que los inversores deban esperar más subidas. Este lunes, antes de que el metal precioso alcanzase siquiera la cota de los 4.000 dólares, los estrategas del banco instaron a operar con cautela en el mercado del oro. En concreto, BofA advirtió a sus clientes en una nota de que el oro se enfrenta a un «agotamiento de la tendencia alcista», lo que podría provocar una «consolidación o corrección» en el cuarto trimestre.