Es decir, determinarán a qué precio puede salir el Tesoro Público español a pedir dinero prestado al mercado.
A priori, todo apunta a que no llegarán sorpresas negativas. Las estimaciones de crecimiento del PIB se sitúan en la primera línea dentro de la eurozona para este año. Y para el 2026 aún estaría por encima de la media, según el consenso de mercado que recoge Bloomberg. El consenso de mercado espera un crecimiento del 2,5% para este ejercicio y del 2% para el que está por venir. Con los últimos pronósticos del Fondo Monetario Internacional, la expansión de la economía española también refleja un ritmo que no replican otras economías de la eurozona.
Además, no solo se espera mayor crecimiento, sino que la revisión de los últimos datos, primer y segundo trimestre del año, también recogen un crecimiento mayor del calculado inicialmente.
Del mismo modo, la situación fiscal de España no está al nivel que la francesa o la alemana. Y es que mientras otras economías de la zona euro disparan si déficit fiscal, España lo contiene hasta reducir el peso de la deuda pública frente al PIB al 103,5% con los últimos datos disponibles. El ratio de Francia está sobre el 114,1%. Y el de Italia sobre el 137,9%, según datos recogidos por Eurostat.
Fuentes del Tesoro consideran que la gestión prudente de la deuda pública española ha permitido mantener una notable resiliencia en un contexto de endurecimiento monetario. El organismo responsable de la financiación del Estado alargó la vida media de la cartera de deuda a casi ocho años «reduciendo el riesgo de refinanciación y amortiguando el impacto de las subidas de tipos interés», recogen. Así el coste medio de financiación de toda la deuda en circulación se sitúa en el 2,289%. Y el de las emisiones de lo que va de 2025 están en el 2,75%: un porcentaje que recoge el fin de los recortes de tipos del Banco Central Europeo y la tensión de la deuda a largo plazo por el incremento del gasto en defensa previsto en la eurozona que exige mayor inversión y financiación por parte de los Estados miembro.
Y, sin embargo, el Tesoro Público cuenta con cierta holgura para seguir captando dinero del mercado a un coste menor que el de sus pares.
Todo lo anterior ya estaba incluido en la justificación de S&P para mejorar el rating de España hace dos semanas. En su caso, actualizó su calificación crediticia de ‘A’ a ‘A+’. Supone la primera mejora para España de esta agencia desde 2019. Standard & Poor’s comentó a su vez que solo un deterioro del déficit o de la balanza por cuenta corriente podría motivar una rebaja de la calificación a la baja en próximos años.
Otras economías periféricas de la eurozona como Italia recibieron su propio espaldarazo de las agencias que ahora revisan el rating de España. Algunos ejemplos son Fitch, que mejoró la nota para Italia (a ‘BBB+’) por primera vez desde 2021. Y, anteriormente, la rebajó para Francia. Asimismo, Morningstar DBRS empeoró su calificación para Francia el pasado viernes de ‘AA alta’ a ‘AA’, por lo que vengan o no nuevas mejoras para España, en comparación con los títulos franceses, los españoles ya avivan su atractivo.