En efecto, en su informe ‘Perspectivas Económicas’ destaca que el PIB español crecerá este año un 2,1%, significativamente por debajo del 5,5% registrado en 2022, pero cuatro décimas por encima de la previsión de la OCDE para España del pasado mes de marzo. Y ha elevado dos décimas sus previsiones para 2024, al fijar el crecimiento del PIB en el 1,9%.
Esta mejoría, según la OCDE, que colocará a la economía española por encima del crecimiento de la media de la Eurozona, se debe al gasto público considerable», vinculado al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (RTRP). Cabe recordar que este martes, la vicepresidenta Nadia Calviño aseguraba que la inversión del Plan de Recuperación aportará tres puntos al PIB hasta 2031.
Ahora, las nuevas previsiones de la OCDE coinciden con las del Gobierno español que cifró en el 2,1% el crecimiento del PIB para este año en el Plan de Estabilidad enviado a Bruselas, si bien la diferencia se encuentra en 2024, ya que el 1,9% previsto por la OCDE se diferencia en medio punto con el 2,4% previsto por el equipo económico del Gobierno español. Y eso, pese al «entorno desafiante» que supone la guerra entre Rusia y Ucrania. El informe de la institución internacional considera que «la economía española ha resistido notablemente bien”.
Así, la OCDE prevé una expansión de la economía española del 0,9% en 2023 y del 1,5% para 2024. Se trata del mayor crecimiento del PIB entre los principales motores económicos de la zona euro. Podría decirse que en la actual situación el peso de las economías del sur de Europea superan a las del norte, puesto que la economía alemana, en estos momentos en plena recesión técnica, acabará el año estancada y en 2024 crecerá un 1,3%. También son peores las previsiones para Francia, con un aumento del 0,8% del PIB para 2023 y del 1,3% para 2024, mientras la economía italiana mejora sus previsiones ya que crecerá un 1,2% este año y un 1% el año que viene.
El informe de la OCDE sobre el entorno económico considera que las crisis surgidas por la pandemia y la subida de precios de la energía por la guerra comienzan a estar superadas. La preocupación se centra ahora en las subidas de los tipos de interés para contener la inflación cuyos efectos se ven frenados por los beneficios empresariales y las subidas salariales. En este ámbito, los economistas de la OCDE recomiendan incorporar medidas para controlar los precios de los productos menos volátiles de la cesta de la compra. La razón es que «la inflación subyacente se muestra persistente, reflejando mayores beneficios en algunos sectores y las presiones de costes todavía elevadas en mercados laborales resilientes”, sostiene el documento de la OCDE.
En el resto de las cuestiones, el informe constata que la confianza de empresas y consumidores ha mejorado desde el pasado otoño, aunque la confianza de los consumidores sigue siendo muy baja.
Tipos de interés y sistema financiero
Todavía queda por despejar los diferentes riesgos que pueda traer la guerra en Ucrania, entre los que no descarta que vuelvan a subir los precios de la energía o que empiecen a aparecer las primeras alertas sobre las vulnerabilidades macrofinancieras, debidas a que el rápido aumento de las tasas de interés podría aumentar el riesgo de contagio financiero a través del sistema financiero mundial.
La OCDE considera que la subida de los tipos de interés del 0% al 3,75% afectarán a los costes de financiación no solo de la inversión empresarial, sino que también reducirán la destinada al mercado de la vivienda.
De la evolución de la guerra de Ucrania dependerá que haya más riesgos en el sistema financiero, aunque también puede ocurrir que si se logra contener la inflación comience a relajarse la política monetaria por parte de los bancos centrales antes de lo esperado y, con ello, vuelva a crecer el ritmo de la demanda.
Se modera la inflación
De momento, la organización internacional confía en que la tasa general de inflación armonizada se modere este año al 3,9% desde el 8,3% con que acabó en 2022, lo que supone tres décimas menos que lo previsto el pasado mes de marzo, mientras que para 2024 la tasa se mantendrá en el mismo nivel, una décima menos de lo esperado anteriormente.
La OCDE considera que el problema será la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos, cuyas previsiones muestran tasas superiores al índice general de precios: un 4,8% en 2023 y un 3,7% en 2024.
El club de los países más desarrollados destaca los menores precios y el «mercado de trabajo resiliente», ambos factores «apoyarán el consumo de los hogares” y, por consiguiente el crecimiento económico.
En este apartado, las previsiones también son mejores en España, ya que la OCDE prevé un incremento de los precios del 5,8% como tasa media de la Eurozona para 2023, mientras que en 2024 los precios de los Veinte subirán una media del 3,2%. Y en cuanto a la inflación subyacente será del 5,4% para la Eurozona en 202 y del 3,7% en 2024.
Una de las razones para esta bajada de precios en España han sido las medidas adoptadas por el Gobierno para contener los precios. La OCDE se suma en su informe a las peticiones de la Comisión Europea y del FMI para que estas medidas comiencen a ser retiradas. A cambio, los economistas aconsejan apoyarse en el plan europeo de recuperación para financiar inversiones y aumentar el crecimiento económico. Y concretan una recomendación: “Seguir abordando el bajo crecimiento de la productividad y reducir la dependencia de los combustibles fósiles debería ser una prioridad”.
Por otro lado, las previsiones contemplan que la tasa de paro bajará al 12,8% desde el 12,9% y se reducirá hasta el 12,4% el próximo año, lo que, junto con la moderación de la inflación, respaldará el consumo de los hogares.
También mejora el déficit y la deuda
Por lo que respecta a la evolución del déficit y deuda pública de España, el informe de la OCDE confía en mejorarán tanto en 2023 como en 2024 debido a que algunas de las medidas de apoyo a los hogares y empresas para hacer frente al aumento de los costes finalicen en junio de 2023, aunque se espera que el recorte del IVA en los alimentos y los subsidios en las tarifas de transporte se amplíen hasta finales de 2024.
La OCDE prevé que los recortes de impuestos sobre la energía se eliminen parcialmente en 2024 y, en términos generales, el informe estima que la política fiscal será levemente restrictiva durante 2023-y 2024, lo que permitirá que el déficit público disminuya al 3,5% del PIB en 2023 y al 3,2% del PIB en 2024 desde el 4,8% del año pasado. Estas previsiones discrepan con los criterios del Gobierno presidido por Pedro Sánchez que espera que el déficit público se situará por debajo del 3% en 2024, medio punto menos de lo estimado por la OCDE.
Por lo que respecta a las previsiones sobre la deuda pública española, el informe de la institución internacional prevé una lenta disminución, ya que en 2023 supondrá el 110,8% del PIB y del 109,9% del PIB en 2024.