«Si bien las variaciones mensuales recientes se han mantenido moderadas, este aumento interanual refleja el efecto base de una caída significativa en los precios de la energía entre agosto y septiembre de 2024. El incremento fue generalizado, con 34 países de la OCDE registrando una mayor inflación energética interanual en septiembre», explican. En cuanto a los alimentos, tras el fuerte aumento observado en agosto, la inflación se mantuvo en el 5%.
Por su parte, excluyendo alimentos y energía, la tasa de inflación subyacente se redujo ligeramente hasta el 4,2%, desde el 4,4% del mes anterior.
En cuanto a las economías pertenecientes al G7, la inflación general interanual se se situó en el 2,8% en septiembre, frente al 2,7% de agosto. La inflación energética aumentó notablemente, registrando un crecimiento positivo por primera vez desde enero. La inflación de los alimentos se mantuvo prácticamente estable en el G7 en su conjunto. Si bien la inflación subyacente interanual se desaceleró en el G7, siguió siendo el principal factor que contribuyó a la inflación general.
En la zona euro, la inflación interanual, medida por el Índice Armonizado de Precios al Consumo (IAPC), se colocó en septiembre en el 2,2%, tras el 2,1% registrado en agosto. La inflación de los alimentos disminuyó, mientras que el descenso de los precios de la energía se ralentizó aún más.
Finalmente, en el G20, la inflación interanual se mantuvo prácticamente estable en el 3,8% en septiembre.
