«España tiene uno de los niveles más altos de estrés hídrico entre los países de la OCDE y es probable que el cambio climático reduzca la precipitación media anual y aumente la frecuencia de sequías agudas en muchos países». Así lo expresa en el documento titulado ‘Políticas para el futuro de la agricultura y la alimentación en España’. En él se destaca que «se necesitan incentivos claros para orientar la innovación hacia la sostenibilidad ambiental, reorientar los esfuerzos políticos para mitigar los impactos ambientales negativos y promover una transformación del sector».
Y es que, como apuntan, la gestión del agua «es uno de los principales retos medioambientales para España», ya que la agricultura, al ser el origen del 80% de la demanda de agua, sería uno de los sectores más afectados.
España se encuentra entre los principales exportadores mundiales de muchos productos agroalimentarios, y su agricultura y sus industrias ascendentes y descendentes son una parte importante de la economía local y una importante fuente de ingresos en muchas regiones.
Y esto demuestra que el sector agroalimentario español es competitivo y exitoso en los mercados internacionales. «La diversa agricultura española ha demostrado ser capaz de adaptarse y responder a las tendencias y demandas internacionales en los mercados de exportación tradicionales y en los nuevos mercados emergentes», señala la OCDE. Sin embargo, este desempeño positivo no está exento de preocupaciones de sostenibilidad ambiental, particularmente en el caso del agua.
Ante esto, la OCDE subraya que España se está embarcando en esfuerzos políticos para hacer frente a estos desafíos medioambientales. Además, el sistema de innovación español «tiene un gran potencial para contribuir a los objetivos políticos de España y asegurar la sostenibilidad ambiental del sector». Por ello, desde la organización creen que el gobierno podría liderar el desarrollo e implementación de una ambiciosa estrategia de innovación agrícola.» Todas las palancas políticas deben converger para hacer de la innovación la piedra angular para conciliar el desempeño ambiental y el crecimiento de la productividad. Una estrategia integral de innovación para el sector agroalimentario complementaría los cambios promovidos por el nuevo Plan Estratégico de la PAC y reforzaría su potencial para promover una transformación».
«El aumento de la inversión pública en innovación y la mejora de los incentivos para la inversión privada, respaldados por un entorno administrativo y regulatorio claro y estable, jugarán un papel clave».