Su actuación es propia de alguien que sabe que no va a estar en el lio cuando haya que dar explicaciones de lo que se ha hecho y porque se ha hecho o no, que las dos opciones son posibles y claro esta nadie se explica, ni la mismísima Meloni que afirma que no entiende nada , puesto que Sánchez firmo lo mismo que ella e Italia asume que deberá alcanzar el 5% y España, según Sanchez lograr cumplir con un raquítico gasto del 2,1%
Todo ese malestar se ha traducido en infinidad de criticas hacia Sanchez que la prensa de toda Europa recoge sin piedad. La prensa anglosajona ha retratado al presidente español como el gran obstáculo de la cumbre. Politico también ha citado a varios diplomáticos europeos que directamente lo acusan de «forzar un cambio de lenguaje» en la declaración final, quitando la palabra «todos» para que el texto no implicara una obligación unánime.
En la prensa estadounidense, The New York Times se hace eco de los reproches de Trump hacia Sánchez y The Washington Post asegura que la decisión del presidente del Gobierno español está «impulsada en parte por la opinión pública y la política nacional»
La prensa italiana (Corriere della Sera) revela que España propuso incluso que el objetivo de gasto fuera «opcional» o que se diseñara una fórmula de compromiso alternativo. Pero la OTAN, bajo el liderazgo de Rutte, insistió en que no hay excepciones ni acuerdos paralelos. «No existen salidas individuales», respondió el secretario general.
La BBC recuerda que España fue el país que menos gastó en defensa en 2024: apenas el 1,2 % del PIB. El compromiso actual es llegar al 2,1% en 2025, pero no más allá. Mientras tanto, países como Polonia (4,1 %), Estonia y Letonia (3,4 %) lideran el gasto proporcional, casi todos en la zona este de Europa. Los del sur —como España, Italia o Portugal— siguen más rezagados.
De cualquier forma, Sánchez no ha estado solo en expresar su incomodidad con el ritmo. Italia ha pedido alargar los plazos hasta 2035 y evitar aumentos automáticos del 0,2 % anual. Canadá, Bélgica y Portugal han asegurado que llegarán al 2 %, pero más tarde de lo previsto. Sin embargo, ninguno ha cuestionado públicamente el nuevo objetivo como lo ha hecho España.
Y es que Sánchez necesitaba utilizar a Trump y a Rutte como alfileres contra sus socios progresistas que una y otra vez le machacan con los gastos en defensa, las guerras variopintas en las que hay militares españoles, o las batalla sde Israel contra distintos países musulmanes.
Y así lo ha hecho. De alguna manera frena los atasques, calma los nervios de unos y otros y sigue desmantelando el Estado de Derecho para poder tener alguna opción electoral en la primera convocatoria que se produzca.
La izquierda no podrá acusarle de no haberse resistido y solo con eso, por muy mal que le pongan sus compañeros de cumbre, él ha ganado parte de su batalla interna.