La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) relacionó este lunes esa situación de una ola de calor «tan intensa y persistente (con dieciséis días de duración es también una de las más largas de la serie)» con una mayor proliferación de incendios. Según la agencia, la ola de calor «dio lugar a unas condiciones meteorológicas propensas para los incendios forestales, junto con las altas temperaturas registradas durante buena parte de junio y primera quincena de julio: la abundante vegetación que creció gracias a una primavera lluviosa se fue secando y pasó a ser combustible para los mencionados incendios». «Es prácticamente seguro que el verano de 2025 será uno de los dos más cálidos de la serie. Provisionalmente, está empatado con el más cálido hasta ahora, el de 2022», añadió la información de la Aemet.
«La relación del cambio climático con una mayor frecuencia e intensidad de las olas de calor es inequívoca. En España, estas olas de calor aumentan su duración en unos tres días por década, y su intensidad en aproximadamente 0.3 °C por decenio. Además, afectan a zonas más amplias, incrementándose su superficie en unas tres provincias cada diez años», concluyó la información meteorológica.