El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas votó en la tarde de este viernes -después de retrasarse un día la sesión- la prórroga por un año de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum para el Referéndum del Sáhara Occidental -más conocida como Minurso- con la gran novedad de apoyar la propuesta de autonomía presentada por Marruecos en 2007.
Después de sortear el veto chino y ruso a las primeras versiones del texto redactado por Estados Unidos, Marruecos se apunta así una nueva victoria diplomática en el largo conflicto que le enfrenta con el Frente Polisario por la soberanía de un territorio que controla en más de un 80%, y ello ocurre además en vísperas del 50.º aniversario de la Marcha Verde y en medio de protestas contra la resolución en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia).
La resolución redactada por Estados Unidos y aprobada este viernes afirma por primera vez que, «tomando nota del apoyo en este contexto del apoyo expresado por muchos Estados miembros por la propuesta de autonomía de Marruecos (…) como base para una justa, durable y mutuamente aceptable solución a esta disputa», el Consejo de Seguridad «afirma que una autonomía auténtica bajo soberanía marroquí» podría «constituir la solución más factible» a un conflicto que se prolonga ya cinco décadas.
Presentada por Rabat a Naciones Unidas en abril de 2007, la fórmula autonómica -inspirada en las comunidades autónomas españolas, aunque no ensayada en ninguna otra parte del territorio marroquí hasta la fecha- contempla el establecimiento de una autoridad legislativa, ejecutiva y judicial a partir de la voluntad popular de los habitantes en el territorio. Marruecos conservaría las competencias en defensa, política exterior y el ámbito religioso. El Frente Polisario, representante del pueblo del Sáhara Occidental para Naciones Unidas, ha rechazado siempre dicho plan.
En su parte final, el texto aprobado ayer por el máximo organismo de la ONU para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional expresa su apoyo al secretario general y su enviado personal para que “facilite las negociaciones tomando como base la propuesta de autonomía marroquí, acorde con la Carta de Naciones Unidas, con vistas a alcanzar una resolución justa, duradera y mutuamente aceptable” al conflicto.
Con todo, la resolución “saluda cualquier sugerencia constructiva por las partes en respuesta a la propuesta de autonomía”, por lo que evita apoyar el plan de Marruecos como la única base para la resolución del conflicto que, a juicio del Consejo de Seguridad, debe “procurar la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental”.
La resolución coincide con el 50.º aniversario de la Marcha Verde. La invasión pacífica del Sáhara por más de 350.000 civiles y la precipitada salida de España del territorio constituye la auténtica epopeya del Marruecos contemporáneo, que Rabat celebrará doblemente este año. Además, la aprobada ayer es la primera resolución sobre el conflicto promovida por la segunda Administración Trump. Cuando llegaba a su fin, en diciembre de 2020, la primera Administración presidida por el líder republicano reconocía explícitamente la soberanía marroquí sobre la que fuera colonia española hasta finales de 1975. Un apoyo que Marruecos correspondió con el restablecimiento de relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, al que siguió un proceso de normalización -no sólo política, también económica y cultural- que la guerra en Gaza no ha comprometido casi cinco años después.

