Después de que Banco Sabadell decidiera vender TSB a Banco Santander, algo refrendado por la junta general de accionistas, el banco tenía la opción de retirar la oferta, algo que finalmente no ha hecho. «Una vez analizados los acuerdos adoptados y considerando la información disponible, BBVA ha decidido no desistir de la oferta por esta causa y, por lo tanto, la misma se mantiene vigente conforme a lo previsto en la normativa aplicable», ha señalado.
«BBVA ha decidido seguir adelante y actualizará y publicará toda la información relevante una vez obtenga, previsiblemente a principios de septiembre, la aprobación del folleto por parte de la CNMV», según fuentes del grupo vasco. Con lo cual, el calendario se mantiene y los dueños del vallesano podrán, en principio, acudir al canje en las próximas semanas.
Con la decisión del máximo órgano de administración de BBVA, la opa entra ahora en la recta final. El banco ha estado trabajando para recalcular las sinergias que podrá obtener bajo dos escenarios: durante el periodo que convivirán ambos bancos independientes -los tres años, ampliables a cinco que el Gobierno ha vetado la fusión- y en la integración posterior.
Cuando lanzó la oferta, estimó en 850 millones de euros anuales las sinergias por ahorros que obtendría con la fusión, elevó a un 3,5% el beneficio por acción (BPA) y auguró que obtendría un retorno de la inversión cercano al 20% (ROIC) para entonces.
Según el Sabadell, el veto del Gobierno convierte en cero esas sinergias al impedir la fusión y obligar a los gestores de ambos bancos a operar de manera independiente, y ha reclamado que transparente todos los supuestos de manera clara en el folleto de la opa. El consejero delegado César González-Bueno insistió en la junta extraordinaria del pasado 6 de agosto que el folleto debe ser muy claro y que tiene que recoger de forma transparente si los accionistas de Banco Sabadell percibirán el 25% del valor de la entidad en dividendos y recompras, además de si el porcentaje alcanzará el 40% hasta 2027.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene aún que aprobar el folleto y cuando lo valide el banco dispondrá de cinco días para fijar el tiempo máximo del que dispondrán los accionistas de Sabadell para decidir si aceptan o no el canje. La ventana de adhesión se abre al día bursátil siguiente después de que BBVA publique la oferta, y la entidad ya avanzó que dejaría un plazo no inferior a 30 días para alinearse con las prácticas en Estados Unidos.
El resultado podría, por tanto, conocerse en octubre o noviembre, si decidiese apurar la posibilidad legal de extenderlo a 70 días. Aunque ha rechazado mejorar la oferta, podría hacerlo hasta cinco días naturales antes de que acabe el plazo de adhesión, como ya hizo con la filial turca Garanti. Normalmente, los inversores esperan hasta el último momento para tomar su decisión, precisamente, por si se eleva la oferta y en Garanti subió un 23% el precio inicial para animar a los más remisos a acudir.
La ley también permite cambiar el resto de condiciones de la oferta. BBVA solo ha fijado una: declarará exitosa la opa si logra el 50,01% de los derechos de voto y podría desistir de ella, ya que el 30% le daría el control en la práctica. Su consejero delegado, Onur Genç, aseguró el pasado 31 de julio que a BBVA no le interesa ninguna compra si no tiene el control. Tanto estas condiciones, como los plazos y el precio, podrían modificarse de aparecer una oferta competidora.