La idea era que este mes de abril se añadieran ya unos modestos 120.000 barriles diarios extra, que marcarían solo el principio de una producción cada vez mayor que llevaría al grupo a bombear 2,2 millones de barriles diarios más para 2026. De momento no se sabe exactamente cuánto retrasarían el inicio de esta desescalada pero, según Bloomberg, los delegados del grupo ya están debatiendo fechas para poner en suspenso este plan nuevamente.
Como se recuerda, En cualquier el último ‘retraso’ oficial en los planes del grupo fue en diciembre y todos daban por hecho que sería el último. De hecho, las dudas versaban más bien sobre si acelerarán el ritmo ante amenazas arancelarias e incluso de sanciones de Donald Trump que apuntó directamente al cártel exigiendo que bajen los precios. Los movimientos recientes de precios en el mercado confirman que los inversores perciben que no hay escasez de crudo y, en todo caso, que esta dependerá de lo que haga la OPEP con su producción en los próximos meses. Desde el miércoles de la semana pasada, cuando el barril Brent europeo cerró en los 77 dólares, su precio ha bajado un 2,8% en los mercados, hasta los 74,8 dólares actuales, un descenso de casi el 3% en las últimas cuatros sesiones de mercado.
Actualmente, el cártel está restringiendo cerca del 5,7% del suministro mundial para mantener los precios del barril elevados. Sin embargo, por el momento, esto no está siendo suficiente para recibir un golpe por partida doble. Por un lado, los precios del barril han seguido cayendo y ya cotizan en los 75 dólares (precio de referencia europeo) gracias al empuje de la producción de EEUU y la menor demanda de lo esperado. Por su parte, al frenar su producción están perdiendo cuota de mercado, que ya se ha reducido por debajo del 30%.