Una cantidad que, además, supone incrementar el negocio que la compañía generaba antes de la pandemia. En 2019, último ejercicio completo sin Covid-19, Osborne, facturó 222,4 millones, con lo que las ventas registradas en este último año contable están un 8,3% por encima. Parte del aumento anual se explica por las subidas de precios. La compañía jerezna dice que “solo ha repercutido parcialmente en sus precios la importante subida de costes industriales”. Además, destaca como claves del año la mejora de ventas de sus marcas propias, el aumento del negocio internacional y también de sus marcas más exclusivas.
El ebitda también mejoró, aunque a menor ritmo que las ventas. Este llegó a 38,6 millones, un 9% más. Es, además, el más elevado desde el ejercicio 2017. “Los últimos tres años han sido extraordinariamente complejos. De mis 30 años en Osborne puedo decir que el período 2020-2022 ha sido el más complejo y retador”, ha dicho ante los accionistas Ignacio Osborne, que hoy ha cerrado su etapa como presidente de la compañía familiar, dejándola en manos de Sofía Osborne Coloma. “Estoy muy orgulloso de cerrar mi etapa al frente de Osborne con la empresa en una posición aún más robusta de la que ya tenía en 2019″, ha añadido el presidente saliente.
Sofía Osborne, por su parte, dice asumir el cargo “con enorme ilusión y sentido de la responsabilidad, con la ambición de preservar el legado recibido y de continuar reforzando la compañía en línea con su plan estratégico”.