Según el balance de la jornada, los retos se concretan en:
• Predominio absoluto de financiación del actual sistema de pensiones por un único pilar procedente del sistema público de reparto (98% de las prestaciones), mientras que los pilares complementarios (planes de empleo e individuales) permanecen poco desarrollados. Este desequilibrio refleja una falta de diversificación y genera un considerable riesgo de sostenibilidad a largo plazo, principalmente debido al envejecimiento demográfico y al elevado número de pensionistas en comparación con la población activa.
• Incremento del déficit del sistema. Se calcula un déficit acumulado desde 2010 que asciende a 655.000 millones de euros y una deuda implícita que podría alcanzar entre 1,5 y 1,8 billones de euros hasta 2044.
• Aumento del gasto público en pensiones financiado por impuestos generales, mediante subida de cotizaciones y tasa de solidaridad sin afectar la base de cálculo de la pensión futura, generando tensiones adicionales y reduciendo el incentivo a la contribución.
• Disminución de las aportaciones a planes individuales debido a la desincentivación fiscal y a la escasa rentabilidad histórica de unos planes de pensiones con sesgo conservador y altas comisiones.
• Mala evolución de los planes de empleo, especialmente para autónomos y pequeñas empresas, debido al impacto de las políticas fiscales, la complejidad administrativa y la falta de conocimiento general en un contexto de tensión salarial.
Para solucionar esos problemas seria necesario al menos:
• un impulso de la Comisión Europea para canalizar el ahorro hacia inversiones productivas a través de la creación de la Unión de Ahorros e Inversiones (UAI), donde se concretan una serie de iniciativas com el Pension Tracking System (sistema europeo de seguimiento de pensiones con fines informativos para concenciar al ciudadano), Pension Dashboard (compartiva entre sistemas de pensiones europeos con fines de transparencia) y Autoenrollment (sistema de incorporación a planes de empleo).
• una propuesta para capitalizar un 1% de las cotizaciones mediante planes individuales gestionados bajo la administración pública para crear un fondo complementario tipo modelo sueco.
• otra propuesta para separar las contingencias comunes de jubilación y otras prestaciones, destinando únicamente las cotizaciones a pensiones de jubilación, y trasladar otros gastos a presupuestos generales.
• En cuanto a soluciones de inversión para la jubilación, se confirma la necesidad de fortalecer el ahorro complementario mediante planes de pensiones individuales y de empleo, a pesar de las limitaciones y desincentivos fiscales recientes.
• Se destaca el papel clave que desempeña la rentabilidad adecuada, la diversificación, y la reducción de comisiones para potenciar el ahorro a largo plazo. Se señala la inversión en renta variable a largo plazo como la opción más adecuada para planes de pensiones dada su mayor rentabilidad histórica y menor riesgo financiero a largo plazo.
• Sobre productos alternativos, los productos como los seguros de ahorro (SIALP y Unit Linked) y rentas vitalicias (PIAS), son considerados complementarios y útiles para diversificar la planificación financiera de cara a la jubilación, aunque con riesgos asociados.
• Se subraya también la importancia del asesoramiento financiero, especialmente al momento de desinvertir y planificar los rescates para optimizar la carga fiscal y garantizar una renta estable en la jubilación.
• Los expertos conluyen haciendo un llamamiento para reforzar la colaboración entre el sector público, el privado y académico para avanzar en reformas sostenibles, fomentar la educación financiera, cultura del ahorro, responsabilidad individual y ofrecer productos de ahorro complementario eficientes y accesibles para toda la población.