Una reflexión que ha precedido a un llamamiento a las diferentes fuerzas políticas y a los poderes del Estado para que «respeten el trabajo que los jueces y magistrados realizan».
La petición, sin embargo, «no significa que debamos ser inmunes a la crítica, que, precisamente, nos ayuda a mejorar; pero sí apela a la necesidad de evitar ataques injustificados, que pueden llegar a socavar la legitimidad y la reputación de la Administración de Justicia o de sus integrantes», así como su «independencia», blindada «en nuestra Constitución» de la mano de un «órgano de gobiermo con plena autonomía». En alusión al CGPJ que ella misma encabezará, durante los próximos cinco años.
Como una más de ellos, la magistrada Perelló ha avalado que «los jueces y juezas de este país hemos seguido trabajando con total entrega en la aplicación de la ley frente a cualquiera y en cualquier circunstancia», pese «a los años difíciles que hemos atravesado como consecuencia de la falta de renovación del Consejo General del Poder Judicial». Un período complejo que «no nos ha sumido en el desánimo», porque «en un Estado democrático y de Derecho nadie está por encima de la ley», ha asegurado. Por ello, ha expresado su «apoyo» cerrado a «todos» los profesionales de la Magistratura: «Podéis contar con el respaldo del Consejo. Podemos sentirnos orgullosos por la labor que desempeñáis cada día con vocación y entrega en condiciones que, por lo general, son muy precarias».
No en vano, la presidenta del Tribunal Supremo ha destacado «la incansable dedicación y el compromiso demostrados por el Poder Judicial» que en contexto sumamente adverso ha demostrado, de la mano de sus integrantes y todo el personal al servicio de la Administración de Justicia «una dedicación y esmero ejemplares». Todos ellos «han trabajado sin descanso para minimizar el impacto adverso de estas dificultades sobre la ciudadanía, nuestras instituciones y la sociedad en general».
Así las cosas, en la nueva etapa que le espera al frente del Consejo General del Poder Judicial se ha comprometido a que el órgano de gobierno de los jueces estará «preparado para afrontar los numerosos desafíos» que la Justicia tiene por delante, por lo que es «esencial» llevar a cabo la «ingente labor que le corresponde de proveer las vacantes existentes «con rigor, transparencia y respetando, estrictamente, los principios de mérito y capacidad».
Perelló ha expresado su voluntad y la del CGPJ de cumplir con la función esencial de velar por la independencia judicial, que es la «piedra angular de nuestro Estado de Derecho» y de constituirse «en baluarte» de los principios contenidos en la Constitución, cuyo art. 117 determina que los jueces y magistrados son «independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley».