Dadas todas las incertidumbres que nos rodean, y en un año donde el foco estará en la geopolítica y no en la inflación, nos decantamos por un sistema de gestión de renta variable de sesgo quality, dejando a un lado el growth y a la espera de un cisne negro para dar protagonismo al value. Dicho esto, evitamos las megacaps estadounidenses debido a su sobrevaloración y nos centramos en las small caps. Además, recomendamos entrar al mercado poco a poco, utilizando la técnica del Dollar Cost Average (promediación del costo, DCA por sus siglas en ingles), para equilibrar el portafolio.
Nos parece interesante el mal momento que atraviesan Europa (especialmente Alemania y Francia) y China. Nunca te equivocas si compras algo bueno y barato. Europa cotiza por debajo de su media histórica, y China sigue inmersa en su propia crisis de demanda interna. Por su parte, la soleada España brilla con fuerza dentro del viejo continente. Dado que este contexto ofrece oportunidades, no encontramos razones para decir no al arte, siempre que se tenga una visión a largo plazo, así como a las criptomonedas, que llegaron para quedarse. Hoy en día son una realidad, más allá de si se entiende o no su valor o el funcionamiento de la cadena de bloques.
Ya lo dije en 2021: sí al mundo cripto, pero en un porcentaje residual de la cartera, entre un 1% y un 5% como tope máximo. Este activo, el más volátil, ya se ha introducido en muchas familias, más como un juego que como una moneda de cambio. Sin embargo, es innegable que, incluso sin Trump, las criptomonedas son una realidad de inversión alternativa. En 2025 entra en vigor el reglamento europeo sobre criptoactivos MICA, que busca proporcionar mayor claridad jurídica y seguridad, lo que dará aún más alas a este activo. Para mí, lo más importante es usar un exchange confiable registrado en el Banco de España y supervisado por la CNMV. Y ya puestos a invertir con alegría, dejo de lado las monedas principales para situarme en las secundarias, cumpliendo tres condiciones: a) baja capitalización, b) respaldo de una gran comunidad, y c) cotización por debajo de su máximo (ATH). Una estrategia arriesgada, pero con potencial de multiplicar si la apuesta sale bien.
En Estados Unidos, las valoraciones son muy exigentes y cualquier sensible desviación de las megacaps hace que estas retrocedan en los mercados. Por lo tanto, es mejor no estar situado en ellas si adoleces del corazón o no te gustan los sustos. Además, las bajadas de tipos por parte de la FED implicarán un dólar más débil, lo que favorecerá a los países emergentes, donde India tendrá un papel fundamental. Sin renegar de la inteligencia artificial, que ha llegado para quedarse al igual que las criptomonedas, utilizar la técnica DCA será la manera más óptima de estar presente en esta temática.
El oro seguirá creciendo. Tiene el mejor caldo de cultivo sobre la mesa: guerras, tensiones geopolíticas, bajadas de tipos, deuda americana y una China que, junto con los BRIC, está empeñada en crear un nuevo orden económico mundial. No me extrañaría que su divisa fuese el oro, simplemente por la cantidad ingente que está comprando el país de los yuanes. Y como todo caballero medieval tiene un escudero, el metal dorado tendrá su acompañante estrella: la plata. Con su propio desajuste entre demanda y oferta, siendo la primera un 20% superior a la segunda, las roturas de stock están cerca.
A pesar de las opiniones erróneas que circulan sobre el oro, y convencido firmemente de la necesidad de que todo ahorrador-inversor tenga como mínimo un 25% de su portafolio en el metal dorado, el activo atemporal ha demostrado ser una alternativa de inversión sólida y diversificadora con su capacidad para proteger el patrimonio de los inversores a lo largo de la historia.
Lo que está claro es que el mundo de los inversores busca nuevas fuentes de rentabilidad para sus capitales, abriendo puertas a opciones de inversión lejos de los tradicionales fondos. No solo las criptomonedas o los metales de inversión son una realidad al alcance de todos, sino también los hidrocarburos, las notas estructuradas, el crowdlending hipotecario o las OPAs.
En resumen, en un contexto macroeconómico de:
– un Trump impredecible que puede ser un impulso o crear tensiones constantemente. – unos tipos de interés que puede que no bajen profundamente tal y cómo se espera. Y por tanto, tipos altos que no ayudan a las pymes.
O incluso que aumenten por la subida del IPC dadas las medidas de Trump.
– de unas valoraciones al límite en las tecnológicas.
– del endeudamiento mundial.
– de las tensiones geopoliticas.
2025 va a ser propicio para los inversores que sepan adaptar sus estrategias para encajar las piezas del puzzle, centrando el foco de atención en:
– Diversificar con activos no correlacionados con el mercado.
– Protegerse con el activo refugio por excelencia, el oro.
– Huir de las sobre valoraciones de las tecnológicas.
– Usar la técnica DCA de aportaciones periódicas para promediar.
– No invertir en renta fija.
– Adaptarse al mercado gracias a la gestión activa.
– Dejar a un lado la indexación y pasar al value y al quality.