Los ojos del mercado petrolero están pendientes de la decisión que la OPEP+ tome de cara al próximo año y, en este sentido, la propia Agencia Internacional de la Energía prevé que los mercados mundiales volverán a tener un excedente de oferta en el primer semestre de 2024, «en medio de una dramática desaceleración del 60 por ciento en el ritmo de crecimiento de la demanda».
Además, el consumo «aumentará sólo 930.000 barriles por día el próximo año, una vez agotado el rebote post pandemia y mediante la generalización de un uso de la energía cada vez más eficiente».
No obstante, Rusia ha presupuestado el precio del Ural, su petróleo insignia, en 53,36 dólares por barril este año, «lo que tenderá a favorecer los actuales objetivos de producción de petróleo de la OPEP+ mientras que este se mantenga entre 75 y 90 dólares».
«Los mercados del gigante asiático revelan que el crecimiento de la demanda de petróleo podría debilitarse alrededor del 4 por ciento en el primer semestre de 2024, ya que la crisis del sector inmobiliario pesa sobre el uso de diésel».
Por otro lado, la «irrupción» de Estados Unidos, cuya producción de crudo se mantuvo estable cerca de un máximo histórico de 13,2 millares de barriles diarios, habiendo aumentado este año entre 700.000 y 800.000 barriles diarios más de lo esperado inicialmente. «Un panorama en el que, además, los suministros iraníes se han recuperado a medida que Estados Unidos ha relajado la aplicación de sanciones, esperando aumentar la producción a 3,6 millares de barriles diarios en 2024 y 4 millones en 2025, a partir del bombeo actual de 3,10 millares de barriles diarios», han matizado.