La operación de compraventa, que le otorgó el 64,3% del capital, con, claro esta, el visto bueno de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) a finales de noviembre, al estar la aerolínea sujeta a supervisión por el rescate público de 53 millones de euros recibido durante la pandemia.
El movimiento supuso la salida de los accionistas hispano-venezolanos que habían controlado Plus Ultra desde hacía seis años. Martínez Sola adquirió las participaciones de Snip Aviation y Fly Spain, sociedades representadas hasta aese momento por Rodolfo Reyes Rojas y Joaquín Olimpio Domingues Ferreira, ambos con nacionalidades española y venezolana, que abandonaron el consejo de administración en octubre, según consta en el Registro Mercantil. Hasta entonces, el presidente apenas poseía un 1% del capital.
Pero las interiorices de la compañía no eran tan claras .Según la denuncia de la Fiscalía Anticorrupción, parte de los fondos públicos del rescate se habrían utilizado para devolver préstamos concedidos a Plus Ultra por sociedades vinculadas a una presunta organización criminal asentada en Francia, Suiza y España y dedicada al blanqueo de capitales. La Fiscalía sostiene que los fondos ilícitos procederían de actos de malversación en Venezuela vinculados a programas de reparto de alimentos y a ventas de oro del Banco de Venezuela. Plus Ultra figura como firmante y beneficiaria de préstamos con sociedades implicadas en esas operaciones, y Anticorrupción apunta a que las devoluciones se habrían producido en fechas consecutivas a la recepción del rescate, con transferencias a cuentas en el extranjero de la red investigada.
El escrito menciona también movimientos vinculados a ventas de oro por unos 30 millones de euros, envíos de fondos desde España a Panamá y operaciones de compraventa de relojes de lujo empleadas supuestamente para canalizar dinero.
La aerolínea cerró 2024 con una mejora de ingresos del 2%, hasta 189,7 millones, aunque el margen operativo cayó a negativo (-2,6%); el ebitda se redujo desde 22 a 7 millones y las pérdidas se cifraron en 10,1 millones. El patrimonio neto continuó en negativo (-40,5 millones), pese a que el préstamo participativo de SEPI computa como recursos propios.
