«Las condiciones están mejorando en seis de los ocho países de los que se disponen de datos del PMI, en comparación con solo cuatro países en el mes anterior», destacan en Hamburg Commercial Bank. De hecho, la mayoría de los países de la zona euro cubiertos por el estudio registraron lecturas expansivas del índice PMI manufacturero a mediados del tercer trimestre.
Las excepciones fueron Austria y Alemania, aunque de todas formas, la mayor economía del bloque registró su máxima en 38 meses y mostró unas condiciones operativas industriales generalmente estables. La desaceleración económica del sector manufacturero en Austria también se moderó y fue solo marginal.
Grecia encabezó la clasificación del crecimiento, seguida de cerca por España, y ambos países registraron fuertes repuntes en agosto. Se observaron mejoras modestas en los Países Bajos e Irlanda, mientras que Francia e Italia experimentaron nuevas expansiones, aunque estas fueron solo leves. En general, el índice PMI del sector manufacturero de la zona euro aumentó de 49,8 registrado en julio a 50,7 en agosto. Esta lectura marcó la primera mejora mensual de las condiciones operativas de los productores de la zona euro desde junio de 2022.
La producción aumentó por sexto mes consecutivo en agosto. El ritmo de crecimiento se aceleró notablemente en el mes, alcanzando el más rápido desde marzo de 2022. Un nuevo repunte de las condiciones de la demanda impulsó este aumento más rápido de la producción. El volumen de nuevos pedidos en total aumentó por primera vez en casi tres años y medio, aunque esto fue debido a un mejor entorno de las ventas internas, ya que los últimos datos de la encuesta indicaron una nueva y más rápida disminución de las exportaciones.
Aun así, a pesar del aumento de los nuevos pedidos recibidos, la capacidad operativa no se vio sometida a una mayor presión. Este hecho fue subrayado por la trigésimo novena reducción mensual consecutiva de los pedidos pendientes. El recorte de la dotación de personal continuó en el sector manufacturero de la zona euro, pero la última disminución del empleo fue solo marginal en general y una de las más suaves observadas en la secuencia actual de 27 meses de contracción.
Los fabricantes de la zona euro siguieron reduciendo sus stocks en el último período de la encuesta. Tanto los stocks de materias primas como los de productos terminados disminuyeron y en ambos casos a su ritmo más rápido desde marzo. La actividad de compras también se redujo con mayor rapidez, aunque la tasa de disminución fue débil en comparación con la tendencia observada en los últimos tres años. No obstante, las presiones en las cadenas de suministro se intensificaron, ya que los plazos medios de entrega de los insumos se alargaron al ritmo más pronunciado desde noviembre de 2022.
«Después de más de tres años de declives continuos, las empresas ahora están experimentando un ligero aumento. Los pedidos nacionales han aumentado y están compensando el debilitamiento de la demanda externa. De hecho, la mejor solución contra los aranceles estadounidenses podría ser fortalecer la demanda interna, incluso dentro del mercado interior de la UE», comentan en Hamburg Commercial Bank. Creen que «el potencial es significativo, ya que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el equivalente arancelario de las numerosas barreras comerciales no arancelarias en la UE se sitúa en el 44%. Las empresas podrían estar esperando progresos en este aspecto, ya que se ha consolidado cierto optimismo. Muchas empresas prevén producir más en los próximos doce meses que lo que producen actualmente».
Añaden además que «los niveles de inventario siguen disminuyendo y la ligera aceleración en la caída de los pedidos pendientes muestra que las empresas aún están experimentando incertidumbre. Dadas las políticas arancelarias de EEUU y las tensiones geopolíticas, esto no es nada sorprendente. Consideramos que el aumento de la producción y la entrada de más pedidos en este entorno son señales de resiliencia», dicen.
En cuanto a la tendencia de los precios, los fabricantes de la zona euro experimentaron un aumento de sus gastos operativos por primera vez en cinco meses, aunque el repunte fue solo marginal. Los precios cobrados se redujeron ligeramente. Por último, los productores de la zona euro se mostraron optimistas respecto a los próximos doce meses, pero el sentimiento se mantuvo prácticamente igual con respecto a julio. En general, las expectativas de crecimiento en agosto se mantuvieron ligeramente por encima de su media a largo plazo.