En concreto, el índice PMI de actividad comercial del sector servicios español registró 50,5 en septiembre, una cifra superior a la de 49,3 registrada en agosto, lo que señaló un retorno al crecimiento de la actividad. No obstante, la última lectura indicó solo un ligero aumento de la actividad del sector, que estuvo muy por debajo del promedio de 2023 hasta la fecha. «Esto no significa que España esté experimentando un nuevo auge, pero nos indica que España se está posicionando bien frente a sus homólogos de la zona euro», señalan desde Hamburg Commercial Bank.
Una paralización en general de los volúmenes de nuevos pedidos recibidos generó la restricción del crecimiento de la actividad. Pese a que las actividades comerciales obtuvieron cierto éxito en la captación de nuevos pedidos, los colaboradores del panel observaron que las condiciones subyacentes de la demanda seguían siendo débiles. Este fue especialmente el caso con los pedidos del extranjero. En medio de informes de una reducción de la actividad turística, los nuevos pedidos de clientes del extranjero disminuyeron en septiembre por segundo mes consecutivo, y en su mayor medida desde octubre de 2022.
Las empresas de servicios pudieron fácilmente mantener al día las cargas de trabajo actuales al observar una ligera brecha entre la actividad y los volúmenes de nuevos pedidos. Los últimos datos mostraron una segunda caída mensual consecutiva de los pedidos pendientes de realización. La sólida caída también estuvo respaldada por un crecimiento del empleo.
La dotación de personal aumentó por duodécimo mes consecutivo en septiembre. La tasa de crecimiento fue sólida y más rápida que en agosto. Las empresas contrataron más personal para ayudar con las actividades comerciales y reemplazar a las bajas voluntarias anteriores. El aumento de las cifras del empleo se produjo a costa de niveles salariales más altos y este fue un factor importante que impulsó los costes medios operativos en la economía del sector servicios.
Puesto que hubo informes de que los proveedores estaban aumentando sus precios y que el coste del combustible era más alto, los gastos operativos en general aumentaron a un ritmo superior al promedio, que fue el más pronunciado en cuatro meses. Las empresas continuaron buscando formas de repercutir el aumento de los costes de sus insumos a los clientes a través de un aumento de sus precios cobrados. En general, el promedio de las tarifas aumentó sólidamente y a un ritmo ligeramente más rápido que la mínima de casi dos años registrada en agosto pasado.
Por último, la confianza en el futuro se mantuvo en territorio positivo en septiembre, vinculada con las esperanzas de una mejora de la demanda y de las condiciones económicas en los próximos doce meses. No obstante, la elevada inflación y los altos tipos de interés siguen siendo motivo de preocupación para muchas de las empresas encuestadas. En consecuencia, la confianza cayó bruscamente en el último período de la encuesta hasta alcanzar su nivel más bajo en lo que va de año hasta la fecha.