Fuentes de la entidad se han referido así a las declaraciones que el consejero delegado de Sabadell, González-Bueno, realizo ayer en las jornadas bancarias del IESE
BBVA, por su parte, defiende que todas las cifras trasladadas, incluyendo los costes de reestructuración estimados de 1.450 millones de euros brutos y el impacto estimado sobre la ratio de CET1 de 30 puntos básicos «han sido calculadas con el máximo rigor», tal y como el banco hace «en todas las operaciones». En referencia a otra parte de la intervención de González-Bueno, donde ha afirmado que Sabadell tuvo conocimiento de esta operación el 30 de abril, «sin negociaciones previas», BBVA reitera que los contactos entre ambas entidades «se iniciaron a mediados de abril».
Ya el 9 de mayo, en la rueda de prensa que BBVA organizó para explicar la OPA hostil, el presidente el banco, Torres trasladó esta idea: «Una vez más, con total respeto a Pep Oliú y a las conversaciones que hayamos o no tenido y sin desvelar más de lo que debería, sí que puedo decir que a mediados de abril tuvimos un encuentro presencial en el que le trasladé el interés de BBVA en hacerle llegar los términos de una fusión. Nos emplazamos para que yo le trasladase los términos de esa propuesta el día 30 de abril. Hubo una filtración y esto no permitió que este encuentro tuviera lugar el 30 de abril».
De esta forma, BBVA afirma «respetar» que González-Bueno haya defendido la decisión que tomo el consejo de Sabadell de rechazar la propuesta de fusión. Sin embargo, una vez tomado el rumbo de la OPA hostil, afirma que son los accionistas de Sabadell «los que se tienen que pronunciar sobre la oferta que BBVA les ha realizado directamente» y que considera «extraordinariamente atractiva».